Texto: José María Martín, OSA
Música: A new day. Mixaund
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo:
«Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
Pero él dijo:
«Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen
María es así, escuchó la propuesta de Dios y dijo sí, la cumplió hasta la muerte. María hizo de la Palabra su vida, hizo vida la Palabra. María, en silencio, sin ruido, sin protagonismo... pero vivió al lado de la Palabra toda su vida. La Palabra le hizo formar una familia donde se dio por amor. María acompañó a Jesús, la Palabra, hasta la cruz, allí aceptó una nueva misión, ser Madre de todos los hombres y mujeres de este mundo. Es dichosa por hacer de la Palabra vida.
Nosotros estamos llamados a ser seguidores de Jesús, de la Palabra, a hacerla vida y proyecto en lo que somos y hacemos. No dejemos fuera a la Palabra para alcanzar la dicha, para ser felices. La Palabra no es exigencia sin más, es propuesta de vida y felicidad, la exigencia la ponemos nosotros al responder. La aceptación de la misma nos lleva a vivirla, que en ocasiones no es fácil, pero siempre es maravilloso aceptar la Palabra, acogerla y abrazarla en nuestra vida. Si cuesta vivirla es porque todavía nos falta conversión y confianza. La Palabra es el pilar sobre el que construir nuestro proyecto de vida.
María es aquí verdadero intérprete, hermeneuta, de los hechos acaecidos. La figura de María, intérprete de los hechos históricos, y contemplativa delante de las acciones de Dios, es modelo para todo creyente, llamado a descubrir el misterio y la presencia del Dios de la vida en la cotidianidad y lo ordinario de cada día. María, la Madre de Jesús y Madre nuestra, es maestra de vida interior y de oración
Sin lugar a dudas, María es digna de bendición por el hecho de haber sido para Jesús Madre según la carne, pero también, y sobre todo, porque ya en el instante de la anunciación ha acogido la Palabra de Dios, porque ha creído, porque fue obediente a Dios, porque guardaba la palabra y la conservaba cuidadosamente en su corazón. Esa es mi Madre nos dice Jesús, ella es modelo. Una Madre que cuida, acoge, acompaña, como hizo con Jesús. Dichosa, María, porque escuchaste la Palabra, la acogiste, y la hiciste vida en medio de este mundo. Patrona de la Hispanidad, ruega por nosotros.