Texto: Pilar Garrido
Música: Alexander Nakarada: The Return
¡iluminemos!
Enredada en mis pensamientos, pensaba que, el mes de noviembre era un mes triste, que empezaba el frio del invierno, la ropa de colores alegres que usamos en verano, la trasformamos con colores ocres, pero ¿Por qué? ¿Quién ha decidido que sea así? Y busqué la explicación y aquí está: los colores oscuros atraen la luz y por consiguiente el calor, así mantienen nuestra temperatura corporal más elevada en invierno, porque absorben cualquier rayo de luz. Yo que pensaba que habría sido algún triste y ¡No! Tenía su lógica...y si absorbemos la luz ¿En algún momento la reflejamos? ¡Pues sí!
En verano, los colores alegres y claros, reflejan la luz.
Por qué nos empeñamos en hacer nuestra vida oscura, triste, en ocres y negro, si tenemos capacidad para reflejar una gran gama de colores.
En unos días está aquí la Navidad, celebramos que Jesús, nació como cualquiera de nosotros, en una familia normal, creció en una familia normal, pero en su juventud, fue tan a contracorriente, que el poder de la época acabó colgándole en una cruz. Su muerte para todos nosotros, no pasó inadvertida, cambió la historia de la Humanidad, se convirtió en LUZ. Su reflejo son los colores que pintan nuestra vida. La bondad, da claridad al que la ejercita y al que recibe los frutos de ese buen hacer. El perdón, la caridad, la verdad, es la paleta de colores de las buenas personas.
Vamos a intentar vivir la Navidad y el resto de nuestra vida reflejando la luz, como si fuésemos los colores del verano.¡Iluminemos!