Texto: Blanca Rodrigo
Música: Bensoundcute
Un día maravilloso
Buenos días,
Este mes de mayo es el mes de las comuniones por excelencia, aunque curiosamente yo tomé mi Primera Comunión en junio, hace ya unos cuantos añitos...
La Primera Comunión me sigue pareciendo uno de los días más maravillosos de la vida de una persona. Yo recuerdo la mía como un día de felicidad absoluta, estaba pletórica y me pareció un día perfecto al que no podía pedir más.
Me encanta mantener ese recuerdo y siempre se lo digo a mis catecúmenos y también a los niños a los que acompaño en su gran día: ¡les pido que disfruten a tope de todo y desde el primer momento!.
Como catequista he tenido la suerte de vivir varias celebraciones de Primera Comunión y el momento de recibir a esos “locos bajitos” con sus mejores galas y la mejor sonrisa del mundo mundial, no se paga con dinero. Benditas ilusión, alegría y emoción que reflejan sus caritas....
De camino a la pequeña capilla en la que les juntamos con sus compañeros antes de bajar a la capilla principal, les pregunto su nombre, qué tal han dormido, les digo lo guapísimos que están y, con las niñas, además, comentamos sobre sus vestidos, que a veces me recuerdan al mío y resulta que es de sus madres o sus tías, ¡qué maravilla!
Me preguntan si ha llegado ya Fulanito o Menganita, me dicen quién es su tutor y me cuentan cómo tienen pensado celebrarlo. ¡Están radiantes!
Otro momento mágico es justo cuando se colocan para bajar y entre todos se ayudan para ver dónde va cada uno. Los nervios que podían sentir al llegar, se desvanecen por completo cuando se juntan todos: son los amigos de una clase en la que todos ha ensañado y saben perfectamente lo que va a pasar y lo que tienen que hacer. Su gesto cambia y bajan casi como cuando bajan al recreo, más arreglados eso sí, pero muy contentos.
Por último, y ya a la puerta de la capilla principal, se les entrega la vela y se les enciende, para que con ellas entre por el pasillo hasta sus sillas. Qué lujo vivir eso junto a ellos y también junto a mis compañeras catequistas, qué privilegio, de verdad.
No dudo que todas las ceremonias de Primera Comunión sean preciosas, pero debo confesar que siento debilidad por las que se celebran en nuestro Colegio San Agustín de Madrid: participan todos los niños, están llenas de preciosos detalles, no se olvidan de nadie, el coro canta de maravilla, las familias disfrutan tanto o más que los protagonistas, y las catequistas tienen un precioso papel con el que culminan los dos años de la preparación de sus niños. Además, los sacerdotes preparan unas homilías muy cariñosas y hacen sentir a todos los que estamos allí como en casa. Y es que estamos en la casa del Señor.
Hoy quiero pedir especialmente por todos los niños que en estas semanas han celebrado o van a celebrar su Primera Comunión, porque sientan como su amigo Jesús ha llegado para quedarse siempre fiel a su lado, y porque haya una segunda, una tercera y un montón más de sentidas comuniones, en su camino de vida y fe.
Muchas felicidades para todos y el año que viene, si Dios quiere, más!.
¡Muy buenos días!