Una comunidad que acoge, también cuando cuesta

Publicado el 11/09/2025
Agustinos


Texto:  Maximiliano L. García Pelayo

Música: Amazing grace (bendito amor) - Kesia

 

Una Comunidad que acoge, también cuando cuesta 

Muy buenos días.

Acabamos de empezar un nuevo curso, con clases, amistades, retos, momentos buenos y otros que costarán más. Este año nos va a acompañar un lema que puede parecer sencillo, pero que es un verdadero desafío: “Somos comunidad”. No es una frase vacía. Nos recuerda que aquí nadie camina solo, que no venimos al cole solo a sacar buenas notas, sino a aprender a vivir con los demás.

Y este mes de septiembre se concreta aún más: “Somos comunidad acogedora”. Porque de nada sirve tener muchos grupos si dejamos fuera a alguien. De nada sirve llamarnos “compañeros” si hay burlas, silencios que duelen o miradas que excluyen.

Jesús, en el evangelio de hoy (Lucas 6,27-38), nos dice:

“Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian…”

“No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.”

Sí, sabemos que a veces no nos llevamos bien con todos, que hay roces, discusiones, prejuicios… Ante esto, Jesús nos pide que seamos justos, misericordiosos, generosos. Que no actuemos movidos por el odio, la venganza o la indiferencia. Que busquemos siempre dar el primer paso hacia la reconciliación.

Ser una comunidad acogedora es eso: abrir espacio, abrir el corazón, abrir la mente. Se trata de tener ojos para ver quién está solo, de sentarte un día con quien casi nunca habla, de no reírte cuando alguien se equivoca, de no juzgar a alguien solo por cómo viste, por su carácter, sus notas, su forma de pensar.

San Agustín decía: “Ama y haz lo que quieras”. Pero amar no es solo sentir. Es decidir: decidir no responder con violencia, decidir no entrar en el chisme, decidir perdonar, aunque no sea fácil. Porque el amor —el de verdad— es la base de toda comunidad que vale la pena. Seamos comunidad, seamos comunidad acogedora.

         Y rezamos juntos:

Señor Jesús,

en este nuevo curso queremos vivir como hermanos.

Queremos aprender a convivir,

a acoger sin juzgar,

a perdonar sin guardar rencor,

a construir comunidad con alegría.

Danos ojos para ver al que sufre,

corazón para acoger al que es diferente,

valor para defender al que es rechazado,

y humildad para pedir perdón cuando fallamos.

Haz de nuestras aulas lugares de encuentro,

de nuestros grupos espacios donde todos tengan sitio,

y de nuestra comunidad un reflejo de tu amor.

Que así sea. Amén.

¡Buenos días!