Mensajeros con corazón

Publicado el 09/10/2025
Agustinos


Texto:  Maximiliano L. García Pelao

Música: Amazing grace (bendito amor) - Kesia

 

MENSAJEROS CON CORAZÓN 

Muy buenos días.

Nos levantamos un día más acercándonos un poquito más a Dios con la ayuda de esta aplicación “Agustinos” y qué mejor manera de hacerlo que releyendo el evangelio de hoy, recordando qué se celebra hoy mundialmente y el lema de los agustinos de este mes.

En el evangelio de hoy de San Lucas, Jesús nos cuenta una pequeña parábola sobre un amigo que llama a la puerta en mitad de la noche para pedirle algo. Puede parecer inoportuno, pero el mensaje es claro: quien pide, recibe; quien busca, encuentra; y a quien llama, se le abre. Jesús nos invita a confiar en Dios con la insistencia y la seguridad de quien sabe que al otro lado siempre hay alguien que escucha. Dios no es un juez distante, sino un Padre bueno que nunca deja sin respuesta a los que llaman con fe.

 

Además, hoy también se celebra el Día Mundial del Correo, y puede parecer una simple curiosidad, pero tiene mucho que enseñarnos. El correo nació para unir a las personas, para acortar distancias y comunicar buenas noticias. En un mundo lleno de mensajes vacíos o apresurados, qué bonito sería que nosotros enviáramos solo los que construyen: palabras que animan, mensajes que curan, gestos que reconcilian.

Relacionándolo incluso con el lema agustiniano de este mes, ser “comunidad misionera” significa exactamente eso: ser portadores de algo bueno, de algo que vale la pena compartir. Como san Agustín, que no se quedó con su fe solo para él, también nosotros estamos llamados a ser mensajeros del Evangelio, a “enviar” esperanza, alegría y amor allá donde estemos: en casa, en clase o con los amigos.

No hace falta ni sobre ni sello, solo un corazón dispuesto a escribir con gestos sencillos una buena noticia cada día. Porque cada sonrisa, cada palabra amable, cada ayuda silenciosa… son cartas que llegan directas al corazón de los demás, firmadas por Dios.

 

Oración:

Señor Jesús, gracias porque siempre escuchas cuando llamamos y porque respondes con tu amor.

Enséñanos a ser mensajeros de esperanza en esta comunidad. Que sepamos transmitir con alegría lo que recibimos de Ti, que nuestras palabras unan, no separen, y que nuestras acciones sean cartas vivas de tu Evangelio.

Haz de nosotros una comunidad misionera, capaz de llevar tu mensaje a todos los rincones, con el mejor correo del mundo: el del corazón.

Amén.

¡Buenos días!