Título: El cuaderno nuevo
Autor: Enrique Infante
El verano es mejor que la vuelta al cole. Sin duda. Salvo por algunos detalles: ver cómo ha crecido algún colega, observar algún cambio de voz reseñable o algún peinado sorprendente. Y también por escuchar todas y cada una de las anécdotas de los amigos, que hay que clasificar entre aburridas, buenas y trolas infames. Pero si hay algo bueno de la vuelta al cole, al menos para mí, es el estreno del material escolar. Uno veía -y olía- sus nuevos libros, los lápices de coleres perfectamente alineados y con punta, las piezas del compás colocadas y el cuaderno limpio y vacío. Uno observaba todo ese material a punto de estrenar y pensaba: “Este año, sí”. Y comenzaba el cuaderno nuevo con su mejor caligrafía. Dejando margen, usando colores para subrayar y respetando el espacio entre líneas. Nadie ha empezado jamás un cuaderno haciendo tachones, poniendo mala letra y con un boli al que hay que echarle vaho y agitarlo como si fuera un termómetro antiguo. Pues con la vida espiritual pasa lo mismo, pero con una enorme diferencia. El cuaderno de la vida puede comenzar en cualquier momento, no solo una vez al año. Uno se olvida de los tachones del día anterior, de las hojas arrancadas en ese ‘mal rato’ que te tocó pasar, de la mala caligrafía que tuvo que hacer en un momento de apuro… y decide, una y otra vez, que su alma estrena cuaderno en ese momento. Que aquí y ahora es el sitio y el lugar indicado para volver a la buena letra, a los subrayados de colores y a los márgenes alineados. Que todo vuelve a empezar siempre y que todo puede salir perfecto. Mira a tu interior. Abre el cuaderno limpio, coge ese lápiz sin mordisquear y con la punta afilada, agarra ese libro que huele a tinta y a forro de plástico, y vuelve a empezar. Cuélgate tu mochila recién ordenada, y a por el día. Es el primero de tu nuevo curso, el primer día del resto de tu vida…y va a ser estupendo. ¡Buenos días!