Texto: Agustín Alcalde, OSA
Música: Bensound cute
¡Haz lo que quieras!
Se habla de libertad como si fuera algo extraño, sólo para algunos, solo para disfrutar del libertinaje, para algunos droga, para otros placer...
Pero tú: ¡Grita LIBERTAD!
Ya que libertad es acción viva y sana, es revolución personal, escoger lo que a cada uno “le gusta”, lo que soñó un día poseer como un tesoro de valientes y para pocos.
Libertad, eres tú.
Son tus sueños, tus utopías, tengas el nombre que tengas, te llamen lo que quieran, lo digan quienes lo digan. ¡Sé libre! Esclavos son los que se dejan poseer y dominar.
Tú, cargando como un ave de vuelo largo con la formación o estudios que te ilusionen de verdad en tu mochila… llena de los sueños que valen la pena poner en práctica al despertar y… morir por ellos.
Quien muere así, incluso joven, despierta en otro reino donde tú eres el rey y el dios de ti mismo ya que llevas contigo todo tu ser.
Sin embargo, si te cortas las alas, antes de ir por esa vía de tren de railes limpios, aunque casi imposible de transitar… percibirás ya antes de abrir tus brazos -aunque te pesen un poco- que sientes en la punta de los dedos…
cómo un nuevo aire refresca tu amanecer a la esperanza.
Agustín, el de Hipona, nos dijo: “Ama y haz lo que quieras: si callas, calla por amor; si gritas, grita por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor. Exista dentro de ti la raíz del amor -la caridad-; de dicha raíz no puede brotar sino el bien”. San Agustín (comentario a la carta de San Juan 7,8).
Otro gran profeta de esperanzas libres, Roger Schutz (1915-2005), el hermano Roger, escribió un día -para ti- en el título de una de sus cartas dirigida a los jóvenes en la Pascua del año 2002: “Ama y dilo con tu vida”. Y en ella Invitó a miles de jóvenes a que fueran libres, se pusieran en camino, abrieran sus brazos hacia la libertad por amor,
a hacer lo que supieran y pudieran hacer y lo hicieran lo mejor posible; los invitó a no pensar solo en sí mismos sino también en los demás y estirando sus brazos sentir la “unidad” con otros seres humanos…
y construir la ciudad del amor.
Fue definido como “la voz del ecumenismo”. Y qué bien hablaron de él porque pocos han trabajado tanto con la juventud como él para llevar a todos a la unidad y la paz tras los pasos de Jesús de Nazaret… El “Concilio de jóvenes” del año 1974 donde estuve presente con Luis María revolvió las pisadas de mi vida y de miles de esos jóvenes soñadores y libres.
Sé de qué os hablo y ojalá gritara contigo: ¡HAZ LO QUE QUIERAS… POR AMOR! Y “dilo con tu vida”.