Texto: Clara de Mingo
Música: Walk in ther park
Cada año, el fin de semana previo a la Semana Santa, los jóvenes de la parroquia organizamos un "retiro" para prepararnos para estos días tan importantes. En este retiro, aprovechamos los ratos de reflexión, compartir y oración para profundizar y ser conscientes de que, en apenas unos días, Jesús va a entregarse por nosotros y volverá victorioso de las tinieblas y la muerte.
Pues bien, este año, Jorge y yo estuvimos pensando en qué podíamos preparar, cómo reflexionar sobre estos momentos de manera que llegase a todo el mundo, los recién confirmados qué vienen por primera vez y los que llevamos ya un saco de años a nuestras espaldas. Y estábamos en los salones parroquiales dándole vueltas, y de repente Jorge dijo: "ya está, vamos a hacer el rezo de las siete palabras".
Oye, qué bonito. Los 7 momentos de Jesús en la cruz, con su reflexión, su meditación. Qué sencilla y qué profunda a la vez. Cómo Jesús sufre como cualquier hombre, pasa sed, pero sin perder su condición de Hijo misericordioso, que, aun estando en la cruz, se acuerda de seguir anunciando un Reino de amor.
Qué bonito ver ese "Padre perdónalos" en personas como Juan Pablo II, o, bueno, una persona menos conocida, la enfermera estadounidense Alix Dorsainvil. Qué bonito ejemplo de todas aquellas tonterías insignificantes de las que hacemos una montaña, y ellos perdonando a quienes les hicieron daño de verdad.
Qué bonito verte compadeciéndote del que se arrepiente, porque "habrá más gozo en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento”.
Qué bonito cuando nos entregas a María, cuando tienes la confianza de darnos a la Madre de Dios como si fuera nuestra.
Qué bonito cuando bajas y te haces uno de nosotros, y te entran dudas; cuando te sientes abandonado, aunque realmente sabes que Dios siempre está contigo.
Qué bonito verte en el que ayuda al que tiene sed, hambre, el que pasa frío.
Qué bonito ver cómo te entregas al Padre plenamente, habiendo cumplido Tu Misión para que yo pueda renacer del pecado.
Qué bonito ponerlo todo a sus pies, encomendarnos a Él, entregarnos por completo. No como otras veces de Señor, haz conmigo lo que quieras, pero que sea mejor así. Pero como quieras ¿eh? Solo te doy ideas.
Qué bonito verte, contemplarte, esperar impacientes tu Resurrección. Que vivamos esta Semana Santa como se merece, siendo partícipes de ese Dios que bajó, fue humillado, murió y resucitó por nosotros.