Hacienda somos todos

Publicado el 23/06/2025
Agustinos


Texto: Aurora Sanz
Música: Bensoundcute

Buenos días,

Probablemente no esperabais encontrar este título en la App de Agustinos. De hoy en una semana finaliza el plazo para presentar el IRPF (bueno, en solo dos días si te sale a pagar y quieres domiciliar el pago en la cuenta de banco). Así que, si todavía queda algún rezagado, estáis a tiempo de presentar la declaración de la renta en plazo.

Y diréis, ¿qué pinta todo esto aquí? En casa me ocupo yo de estos menesteres y la verdad es que cada año me siento tan afortunada al hacer la declaración, que no paro de dar gracias a Dios por muchos motivos diferentes. No, no me he vuelto loca, os explico:

-          Para empezar, veo los cuatro miembros de mi unidad familiar. El motor de mi vida.

-          También una vivienda habitual que comparto con ellos, donde pasamos juntos todos los momentos, los buenos, los malos y los regulares. No podemos olvidarnos de la dificultad de muchas personas para acceder a una vivienda digna.

-          No tenemos discapacidad y afortunadamente estamos todos vivos y con buena salud.

-          Podemos contribuir con nuestros impuestos expresamente con una asignación a la Iglesia Católica y a otras actividades de interés general de interés social.

-          Estamos activos y tenemos trabajo que nos permite ganar el pan nuestro de cada día y ayudar a los que no pueden permitírselo. Incluso mis hijos empiezan a hacer sus pinitos con trabajos puntuales. Es verdad que “ganamos el pan con el sudor de nuestra frente” pero en nuestro caso, además, el trabajo dignifica ya que podemos aportar nuestro granito de arena a la sociedad y seguir formándonos y aprendiendo en el camino.

-          Además, no hemos sido afectados por catástrofes naturales como el Volcán de La Palma o la DANA, y por tanto no necesitamos deducciones por ello.

-          Tampoco tenemos que recibir pensiones compensatorias, ni ayudas por malos tratos, ni situaciones dramáticas similares, que son la realidad de muchas personas.

-          Por supuesto tanto nuestra contribución a la seguridad social, como los impuestos que pagamos, sirven para ayudar a otras personas y mantener todo lo que una sociedad como la nuestra necesita: educación, vivienda, infraestructuras, atención sanitaria, asistencia social,… los impuestos son una obligación (nadie se libra) pero también es una forma clara y potente de solidaridad ciudadana hacia el prójimo.

-          También se reconocen positivamente las donaciones que hacemos a distintas organizaciones sin ánimo de lucro, lo que incentiva a que podamos seguir colaborando con ellas y aportar nuestro granito de arena todos los años.

-          Aunque en la sección de premios por concursos, rifas y juegos no tenga nada que declarar, con todo lo anterior me considero lo suficientemente premiada y afortunada en la vida.

Y dicho esto, no es que me muera por pagar impuestos, de hecho, como economista, intento siempre optimizar la factura fiscal, pero ello no quiere decir que no pueda ver a Dios en todas las cosas y la ayuda y el amor al prójimo como Jesús nos enseñó.

Muy buena semana