Historia y personajes

Escrito el 11/09/2025
Agustinos


 

El gran convento de Salamanca fue el centro de la renovación de los estudios de los agustinos de la Provincia de Castilla y de toda España. En Madrid también hubo un grupo de agustinos eminentes  en el convento de San Felipe el Real y en el colegio de Dña. María de Aragón, siendo los tres centros de estudio más importantes de la Provincia. De manera especial en Salamanca se extendió y difundió la polémica suscitada por incluir en el “Índice” de la Inquisición española la obra del agustino italiano Enrique Noris, acusado de jansenista. Los jesuitas que controlaban esa institución fueron en gran parte responsables de ello. Esta cuestión suscitará un conflicto entre la Santa Sede y el Gobierno de España, ya que la Inquisición Vaticana y la Santa Sede pidieron a la española que le retirara del “Índice”. A este problema se añadió la controversia entre jansenistas y antijansenistas en la universidad. Todo ello fue un caldo de cultivo para acelerar los cambios en la enseñanza de la Filosofía y Teología en la universidad y en los seminarios.

En la primera mitad del siglo XVIII hubo algunos religiosos de la Provincia de Castilla que dieron los primeros pasos para modernizar los estudios con nuevos textos. Uno de ellos fue Fr. Antonio Guerrero, al que se considera un revitalizador de la obra del pensamiento de San Agustín, y todos sus escritos están basados en él, sobre todo la doctrina moral, como se puede apreciar en los muchos textos agustinianos citados. Junto con Francisco Avilés, Enrique Flórez y José de Aguilera reavivaron la formación intelectual en la Provincia con sus publicaciones y, en el caso del  P. Guerrero desde sus cargos de gobierno como provincial y definidor. Esta predisposición del mundo agustiniano y el impulso ilustrado florecieron de manera especial en la Provincia de Castilla. Con orientación pedagógica para la preparación de los estudiantes escribió Fr. Antonio Guerrero el texto titulado “Theologia moralis” (1733 a 1740), en siete tomos, para servicio de alumnos y profesores. La materia de Teología Moral se aprobó para ser impartida en los colegios de San Gabriel de Valladolid y de Dña. María de Aragón por la obra del agustino, lo cual era una novedad en la formación de los profesos. En 1771 se ordenó que ese texto también se estudiara en los conventos de Alcalá de Henares y la Coruña.

Otro de los autores de esta primera parte del siglo fue Fr. José de Aguilera, que confeccionó un curso completo de Filosofía en tres tomos que fue muy apreciado en su tiempo. Impartió la docencia como profesor en la universidad de Salamanca y en Alcalá de Henares. El texto será el oficial en los centros de estudio de la Provincia de Castilla y se prolongará su uso hasta finales del siglo XVIII, aunque con el paso de los años el contenido del mismo había quedado anticuado, ya que seguía la doctrina de Aristóteles y Santo Tomas. En Teología y Filosofía el texto oficial en la provincia religiosa y en los conventos agustinos españoles fue el del agustino J. L. Berti y la adaptación que hizo del mismo Buzio. También en Teología se estudió por el Lugdunense, que fue muy popular a finales del siglo y tuvo muchas ediciones, siendo usado en la mayoría de los seminarios. Se cursaba la Moral por el libro del agustino F. Cliquet, ilustrado por Belza, cuyo título era “La Flor de la Moral”. Fr. Juan Facundo Sidro Villarroy, religioso de la Provincia de Aragón, confeccionó un libro de Teología que será seguido en la Provincia de Castilla y en otros conventos de España.

Desde mediados de siglo, fue muy importante en la modernización de los estudios teológicos de la Orden la actuación del prior General, que contó para ello con algunos colaboradores y asistentes generales. Como sucedió en la Provincia de Andalucía, a donde nombró como rector de la misma al asistente Fr. Gutiérrez de Tortosa, en 1767 eligió Prefecto General de estudios de la Provincia de Castilla al ex provincial P. M. Manuel Pinillos.

Fr. Ricardo Paniagua, OSA