Hola, qué tal, cómo estás.
Poco a poco va pasando el verano y las vacaciones van enfilando la recta final para muchos de nosotros. El campo, la playa, la montaña, han sido, o siguen siendo todavía, nuestro lugar de descanso, de serenidad, de encuentro con los amigos, la familia.
La semana pasada, en nuestra Píldora de San Agustín, se nos invitaba a admirar la naturaleza para ver en ella la acción, la presencia de Dios. Pero eso sí, sabiendo que dicha naturaleza no es Dios mismo.
Entonces, dónde podemos encontrar realmente a Dios. San Agustín lo tiene claro, pues así lo ha experimentado. Para él, solamente se puede encontrar a Dios mismo en nuestro interior.
Tal vez donde estás ahora puedas plantearte hacer la experiencia. Emplea un poco de tiempo para entrar dentro de ti, como nos dice San Agustín en el texto titulado: “El Señor está dentro”
“Tú, Señor, estabas dentro de mí, mientras yo estaba fuera. Es allá donde yo te he buscado. Me eché de cabeza en las cosas bellas que has hecho.
Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo. Me han tendido lejos de ti esas cosas bellas que, si no existieran en ti, de hecho, no existirían.
(Confesiones 10, 25)
Oración
Padre mío, haz que te conozca, que te conozca como yo soy conocido. Entra en mi alma, tú que eres su fuerza, y hazla como tú quieres para que puedas tenerla y poseerla sin mancha ni arruga.
(Confesiones 10, 21)