Desconectarse para reconectar con la vocación: El caso de Ed Sheeran
En un mundo hiperconectado, donde cada notificación reclama nuestra atención y cada minuto puede ser absorbido por una pantalla, Ed Sheeran ha optado por algo radical: desconectarse para reconectarse consigo mismo y con su vocación. El cantante británico ha dejado de usar teléfono móvil y responde sus correos electrónicos solo una vez por semana. No se trata de una moda ni de una estrategia de marketing, sino de una elección consciente para proteger lo más valioso que tiene: su capacidad de crear.
Lo interesante no es solo su método, sino el motivo profundo que lo llevó a desconectarse: darse cuenta de que ni siquiera podía quedarse solo unos minutos sin recurrir a su teléfono. Esa observación encendió una alarma. En lugar de seguir en piloto automático, Sheeran se permitió cuestionar su rutina y hacer espacio para algo que muchos damos por perdido: el aburrimiento.
Ese espacio —que muchos evitan por parecer improductivo— se volvió fértil para que nacieran nuevas ideas, melodías, letras. Canciones como Old Phone surgieron precisamente ahí, en la pausa, en el silencio, en el tiempo no programado.
Este gesto, aparentemente pequeño, es una poderosa lección para cualquiera que sienta que su vocación está desdibujada por el ruido del día a día. A veces, para recordar lo que amamos hacer, necesitamos dejar de hacer todo lo demás. El aburrimiento, lejos de ser un enemigo, puede ser la puerta de entrada a nuestra voz interior.
La historia de Sheeran nos invita a una reflexión profunda:
¿Qué pasaría si nos permitiéramos parar? ¿Y si hiciéramos espacio para conectar con nosotros mismos y con Dios en nuestro interior?