San Nicolás de Tolentino

Agustinos


Nació en Italia a mediados del siglo XIII y profesó muy joven en la Orden Agustiniana. Casi toda su vida transcurrió en Tolentino, donde murió el 10 de septiembre de 1305. Destacan en su biografía la sencillez, una ardiente caridad a favor de los necesitados, su espíritu de oración y penitencia, así como su devoción a las almas del purgatorio. Fue canoni­zado por el Papa Eugenio IV el 5 de junio del año 1446.

Es considerado el primer santo de la Orden de San Agustín. Nació en Sant’Angelo in Pontano (Italia) hacia el año 1245, aunque su nombre va unido a la ciudad de Tolentino donde vivió treinta años, de 1275 al 10 de septiembre de 1305, fecha de su muerte.

Ingresó de niño en los agustinos de su pueblo natal como estudiante y novicio. Ordenado sacerdote en el convento de Cingoli hacia 1270, en 1273, fue destinado a Tolen­tino.

Destacó por la predicación, la dedicación pastoral como confesor y la atención a los más necesitados. El espíritu de caridad le llevaba a recorrer los barrios más humildes de la ciudad, a visitar a los moribundos y a la atención tanto de las miserias materiales como espirituales. En él se abrazan la contem­plación y el apostolado, el diálogo con Dios y la sensibilidad por los pro­blemas humanos. Austero, místico, exquisito en la vida común. Era popular por su cercanía cor­dial con el pueblo y sus frecuentes visitas a las zonas deprimidas de Tolentino para consolar y bendecir a los enfermos.

Cuando ya se estaban agotando sus días, alguien le preguntó: “Padre, ¿por qué está tan alegre y contento?” El P. Nicolás respondió: “Porque mi Dios y Señor Jesucristo, acompañado de su Santa Madre y de mi santo padre Agustín, me está diciendo: ¡Vamos! Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor”.

Dios realizó a través de Nicolás numerosos milagros en vida y después de su muerte. Lope de Vega - uno de los poetas y dramaturgos más importantes del Siglo de Oro español – cantó su vida en la comedia El santo de los milagros.

El proceso para su beatificación fue una aclamación popular para las gentes de distintas ciudades y pueblos que conocieron a fray Nicolás. Ciudades como Venecia, Florencia, Nápoles, Amberes, Lima, México o Manila le han escogido por copatrono

Fue canonizado por el Papa Eugenio IV el 5 de junio del año 1446.