"Ahorrar para vivir, no vivir para ahorrar"
El 31 de octubre se celebra el Día Mundial del Ahorro, con la finalidad de que todos tomemos conciencia de lo importante que es en la vida promover el ahorro, como mecanismo para alcanzar un mejor nivel de vida.
En el año 1924 se realizó el Primer Congreso del Ahorro en Milán (Italia), con la participación de representantes de diversos países y con la intención de tratar temas relacionados con la organización y legislación de las Cajas de Ahorro. Las sesiones de trabajo finalizaron el 31 de octubre, día que el profesor Filippo Ravizza decidió instituir como el Día Universal del Ahorro y que, posteriormente, pasó a llamarse Día Mundial del Ahorro.
Lo que se intenta en este día es animar a las personas a que no se gasten todos los ingresos de dinero que tienen, sino que ahorren, aunque sea poco a poco, para destinar ese dinero a planes de futuro, necesidades que puedan surgir de forma imprevista, o dedicarlo a fines solidarios.
En tiempos pasados este valor del ahorro estaba muy arraigado en la gente, sobre todo en aquellas que habían pasado por necesidades materiales muy fuertes debido a guerras, hambrunas, pandemias, catástrofes naturales, desempleo, etc.
Tanto era así que, ya fueran los padres, los abuelos o los tíos, abrían una libreta a los niños en las Cajas de Ahorros, entidades bancarias, o compraban una hucha para ir guardando allí algunas monedas de los cumpleaños, de las propinas. Era un dinero para una futura necesidad, para comprar un regalado a un amigo o amiga, para adquirir algo para uno mismo, o para compartirlo con alguien necesitado, ya fuera un familiar o un desconocido.
En definitiva, lo importante es: "Ahorrar para vivir, no vivir para ahorrar".