Dios con nosotros

Publicado el 28/09/2021
03:05 min. | 29 visualizaciones

1

 

 

Título: Dios con nosotros
Autor: Cristóbal L. Moya-A. Caro

 
 
 
Hace hoy, justamente, un mes celebrábamos la fiesta litúrgica de Nuestro Padre, San Agustín.

Como siempre, en nuestras comunidades, esto marca el final del tiempo de descanso
veraniego y la vuelta oficiosa y en algunos casos oficial a la rutina.
Y ese regreso a nuestro quehacer diario, en este mes de septiembre, trae consigo
tradicionalmente un tiempo en que marcarnos los objetivos que perseguir y tratar de alcanzar
a lo largo del nuevo curso que iniciamos.
Es por tanto un momento de afrontar, de nuevo, nuestra realidad cotidiana.
Pero es también un momento de crecer y de mirar al futuro con decisión y con confianza; de
comenzar a andar los nuevos caminos que se abren ante nosotros, retomar los viejos senderos
que abandonamos en su momento o continuar avanzando por la senda que hace algún tiempo
decidimos que era bueno transitar.
Y una cuestión esencial que debemos abordar, al comienzo de este tiempo cargado de
esperanza, al igual que debemos abordarla al despuntar cada uno de los días de nuestra vida,
es nuestra relación con Dios.
Debemos analizar cuál es nuestra localización en el camino de la fe. Si estamos recorriéndolo
y cómo lo estamos haciendo; si se trata de un sendero que dejamos abandonado en otro
tiempo y que ahora podemos aprovechar para retomar con fuerzas renovadas. Si tenemos
claro que ante nosotros se abre un horizonte que nos acerca a alcanzar la vida eterna, junto a
Dios.
En este tiempo de fuerzas e ilusiones renovadas, debemos tener también claro que nuestro
avanzar por este sendero tiene que venir marcado por nuestro ser caritativo, por nuestro
preocuparnos por el hermano, por el prójimo, que reclama nuestra ayuda; que más necesita
ver reflejado en nosotros el amor infinito que su Padre, Dios, siente por él.
Debemos asumir la importancia de sentirnos cuidados por nuestro Dios y de cuidar a los que
nos rodean y necesitan de nosotros.
Hoy, en el comienzo de este nuevo día, queremos que nuestro ser cristiano se irradie a cuantos
nos rodean y sigamos siendo pueblo escogido, hijos predilectos: hemos oído que Dios está
con vosotros.
Estar con Dios y tener a Dios con nosotros. Qué bello propósito que tener presente en el
despuntar de este nuevo día y también en los inicios de este nuevo curso en el que
comenzamos a adentrarnos.

¡Dios Padre, te pedimos, al comenzar este nuevo día y este nuevo curso, que nos hagas
conscientes de la importancia de vivir con nuestra esperanza puesta en que Tú siempre
caminas a nuestro lado, que tú acompañas y guías nuestro caminar; y nos muestras así el
sendero hasta tu casa, en la que nos hemos de reunir definitivamente a vivir una vida sin
límites!