Otoño

El otoño es también un mes de coger fuerza y renovarse. Y el ejemplo lo vamos a ver en los árboles.
Después del verano, un mes de calor, los árboles (y algunos humanos) llegamos un poco secos y faltos de agua. 
Y viene el otoño con la lluvia. 
Y nos da alimento para volver a crecer, para alimentarnos con savia nueva que hará que nuestra vida se vuelva a llenar de energía.

En el caso de algunos árboles, las hojas se caen. Esa caída, esa hoja aparentemente muerta tirada en el suelo del bosque, nos podría parecer la simbología de un final, el icono de una especie de muerte. Pero podemos verlo desde el lado opuesto: esa hoja no ha muerto. Lo que ha querido hacer cada otoño es renovarse. Desprenderse del tronco en el que llevaba toda la vida, a veces incluso de una forma monónotona, para dejar hueco a una hermana suya que nace fuerte y con ganas de vivir; con ganas de recomenzar sin tener en cuenta el pasado.

Además, una vez que está en el suelo del bosque, la hoja contribuirá a hacer más fuerte al árbol que le dio la vida y a los árboles que tiene a su alrededor.
Seamos como esas hojas. Renovemos siempre que podamos nuestras fuerzas. Recuerda que cada es el primer día del resto de tu vida. Todos los días son una oportunidad irrepetible para volver a comenzar. Y cuando caigamos, sepamos que todo lo vivido y aprendido hasta ese momento hará más fuerte el árbol de nuestra vida y el de los que tenemos cerca.
Buenos días!