El pastorcillo con sentido

Publicado el 21/12/2021
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Título: El pastorcillo con sentido

Autor: Esteban Sánchez Pajares

 

No sé si os habéis dado cuenta, hoy 21 de diciembre estamos ya a ¡3 días de celebrar el día de Nochebuena de la Navidad de 2021!

Disfrutaremos de muchas celebraciones: el día de Navidad, la Nochevieja y el año nuevo, con su concierto y sus saltos de esquí, la epifanía, que todos conocemos por Reyes Magos, uno de los días más esperados de año por todos los niños. Y entre otras cosas, vacaciones y tiempo de pasar juntos en familia.

Es muy probable que, de parte o de todas estas celebraciones, nos olvidemos en cuanto pasen unos días.

En muchas casas, donde se pone un Portal de Belén se desarmará y guardará corriendo para el año siguiente, en otras, como la mía estará unos días más, hasta el 2 de febrero, fiesta de la Candelaria o de la Purificación de la Virgen. Pero, quizá para que sirva de llamada de atención, os voy a contar algo raro que pasó en la casa de una familia conocida, y precisamente tiene que ver con el Portal de Belén que pusieron el año pasado, en particular, con un de sus pastorcillos.

El Portal de Belén no era muy grande, aunque sí lo suficiente como para llamar la atención de los familiares o amigos que en Navidad se acercaban a la casa de esta familia. Aunque no era muy grande, tenía un grupo de pastores con el Ángel anunciador, también el castillo de Herodes con un par de soldados, unas casitas que recordaban el pueblo de Belén, un grupo de niños que jugaban, unos reyes que misteriosamente cada día se acercaban más al niño recién nacido y, desde luego, la cueva con Jesús, María y José y los animales que les daban calor. También algunas pequeñas figuritas de Disney que los más pequeños de la casa había ido distribuyendo por todo el Portal de Belén y que, a modo de prueba, pedían a los amigos que intentaran descubrir. Y muchas estrellas, un rio y un pozo del que manaba agua real.

Lo más extraño comenzó la noche del mismo día 24 de diciembre, aunque llevaba montado desde el día 8 de diciembre. Ninguno de los miembros de la familia lo reconoció, pero uno de los pastores, el más joven a los que el Ángel anunciaba el nacimiento de Jesús, una figura nueva recién comprada, de repente apareció delante del niño recién nacido. Por mucho que se devolvía la figurita a su escena al poco tiempo después aparecía de nuevo adorando al Niño. Fueron tantas las veces que este pastorcillo cambió de sitio que finalmente, sin buscar ni encontrar explicación, la familia le dejó donde el pastorcillo había decidido estar, al lado de Jesús. Yo creo que pensaban que alguno de ellos mismos era el bromista autor de los cambios de sitio.

Pero esto no fue todo. Cuando acabaron de desmontar el Portal de Belén y cada figura se envolvía en papel de burbuja hasta el año siguiente, resultó que este mismo pastorcillo desapareció. Ya estaba todo en sus cajas; las luces, el corcho, el musgo, los árboles, los animales de adorno … después de horas de búsqueda no apareció. Se buscó por debajo de las mesas, por debajo de las alfombras, por detrás de los muebles … 

De repente alguien de la familia tuvo una idea. Si el Portal de Belén se había desmontado y el niño recién nacido se había guardado quizá habría buscado un nuevo lugar donde expresar sus sentimientos. Efectivamente, nuestra familia amiga tenía otro niño Jesús, más grande y que se encontraba en un mueble en el recibidor de la casa. Allí encontraron a nuestro pastorcillo. Y allí dejaron a este pastorcillo que había demostrado tanto sentido.

Sabéis lo que yo creo, que este pastorcillo estaba muy vivo y que no podía olvidar que en la noche del 24 de diciembre había nacido El Salvador. ¿Nosotros olvidaremos rápidamente lo que muy pronto va a suceder o nos acompañara durante todo el año? Os propongo que aprovechemos estos últimos días del Adviento para prepararnos a ser como este pastorcillo con sentido y no olvidarnos nunca de estar al lado de Dios.

¡Buen día!