El mundo que vivimos

Publicado el 29/03/2022
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Título: El mundo en el que vivimos, ¿Cómo será?

Autor: Pilar Garrido

Me intento imaginar como será el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos, como va a ser su vida dentro de diez, veinte años, y no lo consigo.

Si este ejercicio, lo hubiese hecho hace dos años, os hubiese dicho que seria un mundo con muchos avances, las enfermedades que nos preocupaban habrían desaparecido, se harían viajes lejanos, los alimentos serian más sanos. Pero de repente, llegó Covid, ese ser que nos transformó, nos asusto tanto, que no éramos capaces de salir de casa sin protección, que se llevó prácticamente una generación, la de nuestros padres y abuelos que tanto habían luchado por dejarnos un mundo mejor. Y no solo llegó él, también llegaron una serie de catástrofes naturales, que vinieron a trastocar nuestra vida. Y por si fuera poco, apareció un señor llamado Putin que, tal vez debido a sus ansias de poder, a sus miedos, a su falta de afectos, a su falta de empatía, o porque no, a su falta de fe, decidió que su país era pequeño y quiso comerse a su vecino de al lado.

 Y aquí estoy ahora yo, preguntándome si esta bien estar en su contra, si esta bien apoyar al invadido, si el resto esta actuando bien, o que sé yo, un montón de dudas me vienen a la cabeza.

Creo que los juegos de poder de los políticos, de los países, nos afectan por el daño que causan a los débiles, o por lo que afecta a nuestra libertad o a la del resto. En la homilía del domingo pasado, un sacerdote decía que no nos dejásemos engañar, que los rusos no eran los únicos que actuaban mal, que también los americanos lo hacían, rodeando de armas las fronteras de los países limítrofes con Rusia. Seguramente. Pero esto anula cualquier posibilidad de paz, o estás con unos o estás con otros.

 Yo reflexionaba y pensaba que, entre dos bandos, siempre estaría del lado del que me dejase pensar libremente, ver y disfrutar de mi familia y amigos, vivir de mi trabajo y poder rezar en paz, pero también pensaba qué debía de hacer yo para que todo fuese mejor y creo que en mis manos solo esta ayudar cuando me necesitan y en mi pequeña parcela de mundo, intentar ser sembradora de paz, de la paz que el Señor nos dio “La paz os dejo, la paz os doy” y he de confesar que la mayoría de las veces me cuesta, no lo consigo, a veces soy sembradora de cizaña.

Ojalá ante esta situación que nos está tocando vivir, sepa fomentar y trabajar mi paz interior, porque si la tengo, seré capaz de trasmitirla a los demás e iré sembrando para poder recuperar la de todos.

Señor como San Francisco de Asís, hoy más que nunca haz de mi un instrumento de tu paz.

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

¡Señor danos tu paz!