Título: La cuarta avemaría
Autor: Enrique Infante
La idea no es mía. Se la escuché a un sacerdote en un podcast hace unos meses y la incorporé. Y me gustaría invitaros porque es una práctica muy sencilla y a la vez muy bonita. Desde muy pequeño mis padres me enseñaron a rezar tres avemarías antes de dormir. Salvo algún día, que caigo desmayado en la cama, intento no olvidarlo. Lo que contó el sacerdote del podcast es que había incorporado una nueva práctica de piedad, que consistía en rezar un avemaría por lo más importante que estuviera en su cabeza. Para compartir con su madre ese pensamiento momentos antes de dormirse. Esa cuarta avemaría puede ser de agradecimiento por algo maravilloso que haya ocurrido ese día, puede ser para pedir por “eso” que tanto me preocupa que pase cuando me levante o puede ser simplemente un avemaría para recordarle a la Virgen que no te olvidas de ella. También puede valer para regalarle ese pequeño rezo a otro. ¿Qué te parece pensar en la persona que haya tenido un detalle bonito contigo ese día y reglarle esa oración? ¿Y si, por el contrario, piensas en alguien a quien no hayas tratado con cariño y le devuelves un poquito de lo que le has quitado? ¿Y si piensas en alguien que esté solo? ¿Alguien de quien te acuerdes muy poco? Tu cuarta avemaría de esa noche puede ser el anticipo de una llamada, un mensajito… Piénsalo. Son menos de 10 segundos y a la Virgen le encantará saber que cada día vas a hacer un regalo especial. Acuérdate esta noche. Buenos días