🎧 Audio Reflexión
Texto: Santiago Alcalde, OSA
MĂşsica: Zero-project. Autumn prelude
Viernes Santo
Hoy es viernes santo… viernes de dolor, de muerte, de redenciĂłn… Huyeron los discĂpulos dejando a JesĂşs solo, a su suerte. Abandonado a las muchedumbres mercenarias, pagadas por los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo… Y luego vinieron las falsas acusaciones, y las mentiras contra Ă©l. “Este ha dicho… Lo hemos visto…”. El interrogatorio: ÂżEres tĂş el MesĂas rey? Y la condena: Ha blasfemado, reo es de muerte…
Y mientras pasaba esto, Pedro, el fanfarrĂłn que decĂa: “Aunque todos te abandonen, yo jamás”, lo niega una, dos y hasta tres veces… “No conozco a ese hombre”, dirá.
Con igual facilidad de Pedro y los demás discĂpulos, tambiĂ©n nosotros, cada uno dejamos a JesĂşs librado a su suerte... Renegamos de la amistad que un dĂa le prometimos… El temor, los complejos, la cobardĂa nos llevan a dejar a Dios tirado en el camino sinuoso de nuestra vida…
Hoy es viernes santo, Pilato no comprende, no entiende por quĂ© le han entregado a ese hombre inocente; pero decide complacer a las autoridades. Le interroga: ÂżEres tĂş el rey de los judĂos?; pero no saca nada en claro. El griterĂo entre la gente arrecia: ¡CrucifĂcale! ¡CrucifĂcale! ¡CrucifĂcale! ÂżA vuestro rey voy a crucificar?, les pregunta. ¡Fuera! ¡Fuera con ese! No tenemos más rey que al CĂ©sar. Esta será su respuesta…
Azotado, escupido, golpeado, insultado… “VarĂłn de dolores”, dirá el profeta IsaĂas… JesĂşs no abrirá la boca…
Hoy es viernes santo, las condenas continĂşan. Las calumnias, se difunden. Las mentiras se propagan… Y de nuevo el inocente es juzgado, condenado y ejecutado por el pueblo que siempre quiere sangre… Los insultos, los golpes, la violencia fĂsica y moral, no terminan de desaparecer; y seguimos repitiendo la misma pasiĂłn de Cristo aunque con otras personas: la mujer, los niños, los ancianos, los dĂ©biles… y tanto, tantos otros.
Hoy es viernes santo, JesĂşs está en la cruz. Tiene el cuerpo roto: “Dios mĂo, Dios mĂo, Âżpor quĂ© me has abandonado?”, reza con el salmo… Tiene el alma entera: “Padre, perdĂłnales porque no saben lo que hacen”… Tiene los labios resecos: “Tengo sed”; pero tiene el corazĂłn a punto: “Te lo prometo, hoy estarás conmigo en el paraĂso” …
Poca vida le queda al que dijo: “Yo soy la vida”; pero tiene la vida suficiente para darnos a todos lo Ăşltimo que le quedaba: “Mujer ahĂ tienes a tus hijos… Hijos, ahĂ tenĂ©is a vuestra madre”… Y luego, el gran grito: “Padre, en tus manos encomiendo mi espĂritu”; y el fin de este hombre, que no de Dios…
Pocas palabras dijo en la cruz, el que era la Palabra; pero las suficientes para que hoy, viernes santo, tomes una de ellas, la ores, la medites, la guardes en tu corazón y pueda resucitar el domingo de gloria…