El tesoro escondido

Publicado el 28/07/2021
Agustinos

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Texto: Clara de Mingo
Música:  Bensound cute

El tesoro escondido

¡Buenos días!

Cada vez queda menos para que el campamento Tagaste que organizan los PP. Agustinos cierre sus puertas un verano más; con lágrimas en la despedida y la promesa de volver el año siguiente, pero también con una gran cantidad de experiencias que no podrán olvidar ni mayores ni pequeños.

Y leyendo el Evangelio de hoy, me ha recordado mucho a esas sensaciones que se viven durante un campamento, una convivencia o un día de retiro.

"El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra"

Diremos que es "por casualidad", pero este fragmento del Evangelio de San Mateo lo llevo siempre en la cartera... Un papel que ya tiene unos años, y que, como alguno se estará imaginando ya, fue el fragmento que “me tocó” en una dinámica de mi primera convivencia de fin de semana en los grupos de confirmación.

Recuerdos personales aparte, cuando se proponen las convivencias a los alumnos de primer año de los grupos Tagaste, son muchos los catecúmenos que lo ven como una oportunidad de pasar un fin de semana fuera sin sus padres, lo que les motiva a hacer la maleta con 2 semanas de antelación (no tenemos pruebas, pero tampoco dudas de que hay más de uno que lo hace). Y con unas maletas dignas de 1 mes de vacaciones y sin encontrar una posición del saco correcta que no les moleste ni se caiga ni nada, llegan cargados de ilusión a su primera convivencia.

Y aunque vendrán muchas oraciones y experiencias más, desde ese día, empiezan a comprar poco a poco ese campo que tiene escondido el mayor de los tesoros.

Al principio ven los juegos, el fin de semana "sin normas", pero van llegando los momentos de reflexión personal, las largas charlas con los catequistas, los silencios ante la cruz; y se dan cuenta de que lo que les motivaba al principio era un paso, pero que hay algo más grande que les invita a seguir invirtiendo en ese campo.

¡Quién no recuerda ese momento en el que descubres el tesoro y, como loco, inviertes el 100% en el terreno que Dios ha puesto ante ti!

Y habrá caídas y momentos en los que colgarás el cartel de "se vende" en el campo, pero ahí estará Dios para volver a comprarlo y darte pistas que demuestran que el tesoro sigue escondido, y que lo que tú pensabas que solo era un desierto, sigue siendo capaz de dar una gran cantidad de frutos.

Señor, que no bajemos los brazos y sigamos regando cada día el campo que nos has dado para cultivar. Ayúdanos a recorrer paso a paso todo el terreno, descubriendo las cosas maravillosas que has puesto para nosotros.