Texto: Blanca Rodrigo
Música: Bensound cute
Valorar la familia
“Mamá, echo de menos al abu”.
“Sí, todos le echamos de menos cariño, pero enseguida se pondrá bueno y le tendremos aquí de nuevo, ya verás”.
Esta conversación entre madre e hijo poniendo la mesa antes de cenar, cuando el abu, que vive con ellos, lleva unas cuantas noches fuera porque está en el hospital, me invita a reflexionar sobre la familia, sobre la unidad familiar.
Cuando un miembro de nuestra familia está ausente unos días de casa, nos falta algo, se echa de menos no sólo su presencia, que también, sino la sensación de plenitud de esa familia, se percibe el hecho de no estar al completo, de saber que falta parte del equipo.
Además de querer verle, charlar con él o incluso tener alguna pequeña discusión rutinaria, de repente pones en valor todo lo que hacía a diario y que parecía que pasaba desapercibido, pero nada más lejos de la realidad; cosas como bajar la basura, vaciar el lavavajillas de la comida, comprar el pan y el periódico, estar pendiente de si terminas todo el desayuno…, y así un montón de acciones que formaban parte de su cometido dentro de la familia, y que como tal hacen que las cosas marchen.
Unos hacen unas cosas y otros otras, a veces juntos, otras por separado. Cada miembro de la familia es único y mágico, y todo lo que hace también.
No se trata de hacer lo que nos guste, sino de que nos guste lo que hacemos por nuestra familia, y que lo hagamos poniendo el corazón, como este abuelo hace en su casa.
Ser conscientes de ello nos debe ayudar a valorar y celebrar el formar parte de dicha familia. Es un lujo, un tesoro. Lo olvidamos y no debería ser así.
Esta pequeña reflexión es una invitación para mirar hacia nuestra familia y reconocer lo que hace cada uno de sus miembros para que funcione, valorarlo y reconocerlo. Felicitarnos por ello también. Y seguir, siempre seguir haciendo FAMILIA.