Empezar el mes pisando fuerte

Publicado el 01/11/2021
Agustinos

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Texto: Calara de Mingo
Música:  Bensound cute

Empezar el mes pisando fuerte

Empezamos nuevo mes, y qué mejor manera de hacerlo que con un día en el que recordamos a todos los que son ejemplos de vida cristiana: Los Santos.
Una vez sorteado Halloween, viene una de las celebraciones que más peso está perdiendo en la sociedad. Se está inculcando, quizás en exceso, una nueva "fiesta" que se sobrepone/ eclipsa una de las celebraciones más importantes del año. Quizás por la diferencia de "ambiente" en torno a ambas: una que es una fiesta sin más, con todo lo que supone, y otra que se ve como algo triste o lúgubre incluso por estar demasiado asociada a los difuntos. Pero quizás, sobre todo, porque no sabemos darle el carácter que se merece.

El 1 de noviembre se celebra la solemnidad de Todos los Santos, fiesta instituida en honor a todos los santos, conocidos o no, por el trabajo que han hecho y hacen a la hora de difundir el mensaje de Dios. Tiene su origen en el siglo IV debido a que existía una gran cantidad de mártires de la iglesia. Y es por esto precisamente por lo que es especialmente importante esta fiesta, porque es cuando se reconoce la labor de todos aquellos santos "desconocidos", santos anónimos que a lo largo de la historia arriesgaron y dieron su vida trabajando por el Reino en sus ambientes más cercanos. Nuestros familiares, amigos, gente que haya podido influir directa o indirectamente en nuestras vidas. Hoy es el día para dar las gracias por ellos y celebrar su vida.

Y aquí hay una cosa que a veces nos cuesta diferenciar, y que cuando lo tratamos con los más pequeños, quizás lo mostramos como algo triste, como decía al principio. El Papa Francisco explica muy bien la diferencia entre ambas festividades: " El 1 de noviembre celebramos la solemnidad de Todos los santos. El 2 de noviembre la Conmemoración de los Fieles Difuntos. Estas dos celebraciones están íntimamente unidas entre sí, como la alegría y las lágrimas encuentran en Jesucristo una síntesis que es fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza. En efecto, por una parte la Iglesia, peregrina en la historia, se alegra por la intercesión de los santos y los beatos que la sostienen en la misión de anunciar el Evangelio; por otra, ella, como Jesús, comparte el llanto de quien sufre la separación de sus seres queridos, y como Él y gracias a Él, hace resonar su acción de gracias al Padre que nos ha liberado del dominio del pecado y de la muerte".

Señor, gracias por el don de la vida. Hoy venimos a ti, para agradecer la nuestra y la de todos aquellos que nos han precedido y nos han iluminado en el sendero de la fe y la esperanza. Gracias por los momentos que hemos podido compartir con ellos y todo lo que nos han enseñado. Haznos, Señor, un poco más santos cada día; transforma nuestras vidas y nuestro corazón para seamos un poco menos egoístas y un poco más como ellos. Amén.