El diálogo de dos ancianos

Publicado el 10/11/2021
Agustinos


Texto: Santiago Alcalde, OSA

El diálogo de dos ancianos

Creo que la sociedad en la que vivimos, cada vez es más débil, floja, insegura, “light”… Y lo peor es que hace a las personas a su imagen y semejanza. Hay una ley antigua, pero que  Charles Darwin la formuló hablando de la evolución. Es la ley de la selección natural. Solo las especies más fuertes son las que han sobrevivido. Nosotros, al menos hasta ahora, hemos sido la especie más fuerte; pero dudo mucho que lo seamos en el futuro.

Una tarde de otoño, la estación de los recuerdos y la nostalgia, dos ancianos, compañeros de colegio se encontraron casualmente en el parque. Mientras paseaban pisando las hojas caídas, uno dijo al otro: “Mirando para atrás, es difícil creer que estemos todavía vivos. Nosotros, cuando viajábamos en coche, lo hacíamos sin cinturones de seguridad. Hacíamos viajes de diez-quince horas con cinco personas en un pequeño vehículo y no sufrimos el síndrome de la clase turista. Andábamos, en bicicleta, sin casco. Salíamos de casa todos los días por la mañana y regresábamos, con una mochila llena de libros, que pesaba diez kilos y no se nos deformó la espalda. Nadie nos localizaba porque no había móviles. Quedábamos con los amigos y salíamos a jugar en la calle a las chapas, el rescate, a intercambiar cromos… en fin, tecnología punta. Comíamos dulces, grasas y bebíamos refrescos y nadie era obeso, a lo más un poco gordito. Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar, y algunos incluso chupaban el grifo. Cuando nos contagiábamos de piojos en el colegio, nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente. Pasábamos horas al sol sin crema de protección solar. ¡Qué tiempos aquellos!”

El otro anciano, corroborando lo que había escuchado dijo: “Tuvimos libertad, fracaso, éxito, responsabilidad; pero lo más importante aprendimos a crecer y ser felices con todo ello. Por eso, precisamente, creo que estamos vivos”.

Hoy, 10 de noviembre, se conmemora el “Día mundial de la ciencia para la paz y el desarrollo”. Una fecha para ver lo mucho que nos ha dado la ciencia; pero también lo que nos ha quitado.