UNA MIRADA AGRADECIDA

Publicado el 25/11/2021
Agustinos

1

🎧 Audio Reflexión

TEXTO: Cristóbal L. Moya-A. Caro

MÚSICA: Claro de luna (sonata Beethoven) – Richard Clayderman

Una mirada Agradecida

Pronto empezaremos a ser bombardeados con invitaciones a hacer balance de este año, que en poco tiempo despediremos. “Un año para dejar atrás”. “Menos mal que termina ya” ... Estas y otras tantas valoraciones similares serán las que oigamos de manera constante en los próximos días.

El pasado domingo, con la celebración de la fiesta de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, comenzábamos la XXXIV semana de este año litúrgico; la última del mismo. Iniciábamos, por tanto, la cuenta atrás hacia nuestras particulares “campanadas”; las que oiremos el próximo domingo y que anunciarán la llegada del Adviento, y con él un nuevo ciclo litúrgico.

Qué bueno sería utilizar los días de esta semana, hasta la tarde del próximo sábado, para echar la vista atrás y recordar todo lo vivido a lo largo de este año. Y, también, qué bueno sería disponernos, desde ya, para vivir lo que traerá la llegada del Adviento y la próxima Navidad.

Hacer memoria, hacer balance, en este caso, no debe suponer fijarnos en todos aquellos momentos, en todas aquellas realidades difíciles, que nos hicieron mella. No puede significar centrarnos en los encontronazos, las decepciones, los choques que hemos vivido con las personas que forman nuestro entorno. No puede asociarse a una sensación de alivio por dejar atrás los días superados a lo largo de este último año. Debemos cambiar esa inercia, cada vez más presente en nuestra sociedad. Debemos luchar por dejar nuestra propia huella; una huella de gratitud, de generosidad y de confianza.

Ahora, en estos días, en este tiempo de echar la vista atrás, debemos, con un corazón generoso y agradecido, dar gracias por tanto bueno como el Señor ha puesto en nuestro camino, en cada uno de los días y momentos de nuestra vida reciente. Debemos ver con gratitud todos los momentos vividos y disfrutados a lo largo de este año que acaba. Debemos atesorar en nuestro corazón -guardarlo con celo y nunca desecharlo- todo lo que nuestra vida nos regala: lo bueno (aunque en tantas ocasiones no seamos ni tan siquiera capaces de reconocerlo como tal) y lo que a veces no lo es tanto.

Estos días, también, deben ser unos días para mirar con confianza al futuro. Un tiempo para disponernos a vivir con intensidad el Adviento y la posterior Navidad que vendrán. Veamos estos días como una oportunidad para quedarnos con todo lo que nos ayuda a vivir estos momentos con la hondura e intensidad con que debemos hacerlo; así como para desembarazarnos de todo aquello con lo que nos cargamos, diariamente y en tantas ocasiones casi sin darnos cuenta, y que nos alejan de estar agradecidos por lo vivido y esperanzados en lo que vendrá.

Señor, al comienzo de este nuevo día, bendícenos con un corazón generoso y agradecido por tanto bien como nos haces, cada día e incesantemente; y fortalécenos para que seamos capaces de confiar en todo lo que esté por venir y sea tu voluntad, al ejemplo de la Virgen María y de su esposo, el Patriarca San José.

AMÉN.