¡Todo encaja en su sitio!

Publicado el 15/06/2022
Agustinos

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Texto: Jordi Vaqué
Música:  Bensound cute

La Primera Comunión y más allá

Ha pasado ya la primavera y con ellos los días en los que los niños que llevan dos cursos preparándose han tomado su primera comunión. Este año la hacía mi hijo.

He buscado en Wikipedia, como un estudiante perezoso y por curiosidad, que se incluía sobre la “primera comunión”….y al margen de la breve explicación de lo que significa el rito en sí, encuentro una referencia a los orígenes, requisitos y “consecuencias” que me resultan cuando poco interesantes:

“[…] Si bien se puede considerar la última cena que Jesucristo celebró con los Doce Apóstoles como el origen de este ritual, la «primera comunión», como acto ceremonial y sacramental, tiene su origen en el siglo XIII, específicamente en 1215, cuando el Concilio de Letrán decidió que solo los menores que hayan alcanzado "la edad de discreción”, entre doce y catorce años, podrían recibir este sacramento.

Durante el siglo XIII y el siglo XVII la primera comunión fue un acto que pasaba desapercibido socialmente, pues los niños no eran vistos como sujetos relevantes al interior de la sociedad medieval. Solo fue después de la Contrarreforma que tomó importancia la ceremonia, como respuesta a la reforma luterana que desde sus inicios valoró mucho más a los menores y, por consiguiente, se convirtió en un evento importante en la vida de las personas.​

Durante el siglo XX la Primera Comunión se consolidó como una ceremonia muy relevante en la vida de los católicos. Un estudio realizado en 1995 entre personas católicas mayores de 50 años encontró que el 90% de los entrevistados recuerda su primera comunión como uno de los actos o momentos más importantes de su vida y el 65% de ellos aún conserva al menos una fotografía de este momento. […]”

El día comienza frenético, desde por la mañana vamos todos a la carrera….”¡corre, corre! que tenemos que llegar pronto”,- se escucha constantemente desde primera hora por el pasillo de casa -. Salir con tiempo se convierte en una auténtica odisea, un desfile de niños, adolescentes, padres y abuelos. El de la primera comunión se “muerde las uñas” el estrés de la preparación se ha apoderado de él, pero tiene un brillo especial en los ojos…sabe que algo grande está por pasar.

Llegada al colegio (y gracias a Dios en hora), comienza todo, fotos, reparto de invitaciones de acceso presencial, de repente una pregunta : “papá dónde nos sentamos, la peque se ha ido a jugar al patio…”, un auténtico baile, pero cuando te quieres dar cuenta, todo encuentra su sitio y por fín va a comenzar la celebración.

Al inicio todavía tenía la cabeza en mil cosas, sinceramente me costaba conectar con la celebración. Le habíamos repetido lo qué era importante en aquél día al niño, el lo tenía claro, pero el “circo” que había montado alrededor no dejaba fácil acceso a prácticamente nada más.

De repente sin saber muy bien cómo, ¡todo encaja en su sitio!....el sacerdote (al que no habíamos visto antes, porque era el tio de una catecúmena) se sienta en un lateral del altar y se hace un silencio…durante unos momentos da la espalda a casi toda la iglesia y se crea una expectación e interés ante aquella actitud que consigue captar la atención de todos. Comienza a hablar y explica que es antiguo alumno del colegio, que el día de su primera comunión se sentó justo en el sitio que estaba ocupando en ese momento.

Ese gesto hizo que olvidara las prisas, los compromisos, el restaurante, la familia, amigos…y dio paso a los recuerdos de mi primera comunión y a tener presente el significado de lo que estaba a punto de pasar en la vida de mi hijo. Ahora que está tan de moda el “mind fullness”, trajo de golpe mi “atención plena” a lo que se estaba celebrando. Qué dificil e importante es siempre conseguir poner foco en lo realmente relevante.

¡¡Buenos días!!