El comienzo de una vida definitiva

Publicado el 02/11/2022
Agustinos


Texto: Jordi Vaqué
Música:  The  return. Alexander Nakarada

Hechos para ser felices

¡¡Buenos días!!

Hoy es una fiesta especial: el día de los fieles difuntos. Ayer celebramos el día de Todos Los Santos. En casi todas las culturas la muerte representa un cambio, tránsito de la vida en la tierra a la vida más allá.

En Indonesia y Asia los budistas utilizan la meditación y contemplación para preparase y realizan verdaderas fiestas de despedida a sus seres queridos. Para ellos la muerte no es más que el principio de una nueva vida donde seguir creciendo en sabiduría hasta llegar al Nirvana, y es motivo de alegría.

En México hay grandes celebraciones en estas fechas, su fiesta tiene origen en las culturas prehispánicas en la cual se honra la memoria de los difuntos frente al olvido. Los indígenas pensaban que este día las almas retornaban “a casa” para convivir con los familiares y alimentarse de la comida y altares puestos en su honor.

Por otro lado, en estos días las calles de medio mundo han estado invadidas por fiestas de “Halloween”, que mucha gente piensa son de origen pagano y dedicadas a brujas, monstruos y bichos raros…, pero realmente si nos paramos a reflexionar, ¡el origen de la palabra lo dice todo! se trata de la noche de “All hallows eve”,o lo que es lo mismo, la víspera de todos Los Santos.

Los cristianos celebramos el día 1 y 2 de noviembre la fiesta dedicada a nuestros difuntos niños y adultos. Creemos que Dios ha hecho al hombre para que sea feliz en la tierra y más tarde también en el cielo.

La muerte es algo tan cercano a nosotros que muchas veces nos asusta, nos genera dudas, incertidumbre. Desde el principio de la historia es algo que siempre nos ha preocupado, ¿habrá algo más?.

No obstante desde un punto de vista cristiano, resulta ser el “comienzo” de la vida definitiva. El dolor y la tristeza por la ausencia es humano. Pero la esperanza dada por la resurrección de Cristo, deja claro que no es el final sino el paso a la vida eterna. Una vida en el cielo, de encuentro vivo y personal con Dios.

Por tanto, especialmente en este día, recordemos y tengamos presentes a nuestros seres queridos que ya disfrutan de la vida eterna en SU presencia:

Padre nuestro, que estas en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en el cielo como en la tierra.

Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal, Amén