Texto: Jordi Vaqué
Música: Bensoundcute
Una apuesta por la familia
Buenos días,
Estoy preparando este texto en un escenario distinto, desde el Colegio San Agustín de Salamanca un Viernes Santo, viviendo la Pascua Familiar que organizan con mucho cariño cada año los Agustinos con la ayuda del secretariado de laicos y familias. Es una clara apuesta por lo que es sin duda el corazón de nuestra sociedad, LA FAMILIA.
Hace ahora 10 años que nos dejamos “liar” por el consejo de unos buenos amigos…"tenéis que venir a la Vid a vivir la Pascua”, nos decían… a nosotros nos hace falta bien poco para liarnos y además se dieron una serie de circunstancias que terminaron por hacerlo posible.
Acabábamos de bautizar a nuestra hija pequeña Clara, que tan solo tenía 2 meses. Cogimos las no “pocas” cosas que te hacen falta con 4 hijos pequeños (entonces la mayor tenía 8 años) y nos fuimos todos juntos al Monasterio de la Vid.
La acogida fue tan buena, el calor de Agustinos y las familias que participan nos aportaron tanto, que nos cargaron las pilas de la fe y egoístamente hemos sentido la necesidad de repetir cada año que se ha organizado. Las primeras veces en el Monasterio de la Vid, a raíz de las obras de actualización estuvimos 2 años en San Lorenzo del Escorial y después de la pandemia (las últimas 2) en Salamanca.
Desde el inicio han pasado muchas cosas, obras en la Vid, familias nuevas que entraban a participar como la nuestra, algunas que por diferentes motivos no podían venir… la pandemia…ha sido un verdadero reto, pero es una auténtica alegría sentir que un año más se ha vuelto a encender la llama de Jesus Resucitado.
Este año hemos participado 13 familias de muy distintos orígenes, que han querido acercarse a vivir el Jueves, Viernes, Sábado Santos y Domingo de Resurrección en familia y comunidad. Hemos compartido tiempo, oficios, comidas, procesiones, visita a la catedral… cada una de las actividades que se habían programado con tanto mimo.
En esta Pascua, el tiempo ha sido frio y la primavera mas bien ha parecido un invierno camuflado, pero realmente esto ha contrastado totalmente con la calidez de los momentos que hemos vivido juntos. Verdaderamente se ha encendido una llama en nuestro corazón. Hemos pasado por un acompañamiento en los momentos duros del final de la vida de Jesús, nos hemos emocionado comprendiendo el sentimiento del Viernes y el vacío del Sábado Santo, siempre con la vista puesta en la Alegría de saber que después vendría la Resurrección.
En cada travesura de los pequeños, cada sonrisa, cada gesto de cariño compartido entre nosotros estos días, encontramos la esencia de la Pascua Familiar. Os animo a participar el próximo año porque merece mucho la pena, ¡reservad estos tres días el año que viene desde ya!