Buenos día en Pascua

Publicado el 09/04/2024
Agustinos


Texto: Agustín Alcalde, OSA
Música:  Acousticguitar

Ventanas abiertas

Leía hace unos días unas anotaciones de la vida de Manuel García Morente (1886-1942), catedrático de filosofía a sus 25 años, que pierde su fe a los nueve, al morir su madre. Cambiaron tanto sus apreciaciones religiosas con el tiempo que cuando quiso explicárselas a otro gran filósofo y amigo, Ortega y Gasset, y no fue atendido, dijo a la mujer de éste: -“Dile que soy plenamente feliz”.

Y lo decía tan convencido como cuando dijo más tarde: “Entonces fue cuando se me ofreció el único bien, el único refugio, la única aventura que para el hombre puede existir en el mundo, la dulce palabra de Dios”.

Para los 30 jóvenes como los que han estado protagonizando la Pascua Juvenil en la Vid este año durante tres días, no ha existido esa duda existencial de falta de fe. Han reflexionado ellos, los jóvenes, rezando, y han cantado ante un Cristo que mató a la muerte, a la duda y al miedo. Cantaron el aleluya como quien toma una pastel suave y sabroso en un día de cumpleaños.

Claro que dudan; es normal que tengan miedo y que sientan ese miedo de su coraje y atrevimientos.

Han pasado 82 años desde la muerte de García Morente que, ya convertido, se hizo sacerdote antes de morir.

Alguien podría decir que “no está el horno para bollos” refiriéndose a los jóvenes pensando en su fragilidad o frialdad religiosa. Pero lo que he visto en esta Pascua Juvenil han sido los nuevos creyentes de la alegría y la broma, riéndose como locos y casi llorar como niños. Y sus sentimientos y rezos no eran precisamente infantiles o insignificantes.

Para mí son otros jóvenes, diferentes de los de mi tiempo joven, he pensado. Más valientes, y por ello, más próximos a la muerte de la muerte que los ha llevado a decir: “¡Cristo, mi Señor!”, gritando, “ha resucitado”, a voces…

Hay otro futuro más optimista que el de nuestro pasado. Con ventanas abiertas al tiempo nuevo del diálogo y la espera. Tal vez en el silencio y la soledad callada y fértil.

¡Buenos días de Pascua!