Valentía y fe

Publicado el 10/04/2024
Agustinos

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Texto: Miguel A. Herrero, OSA
Música:  Amazingrace

Ofrece tu corazón

¡Buenos días!

Llevo un par de días en que algunas cosas no me están saliendo del todo bien o al menos no como me gustaría… el caso es que, misterios de la mente, ante cualquier atisbo de desesperación o pesimismo, me ha asaltado y se ha instalado repetitivamente en mi tarareo, una frase de una canción del argentino Fito Páez: “Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”.

*https://youtu.be/Jn3z2yr4DJU?si=9PaHyDJv3AYYO1rJ

La historia de la canción, al parecer, es un tanto truculenta. No viene al caso. Lo que si hace al tema, es que la frase alienta a mantener la esperanza y el tesón en los momentos más difíciles: Incluso en los más oscuros, hay una luz que brilla dentro de nosotros.

La canción, con su repetitiva frase, nos habla de la valentía de ofrecer el corazón, de entregarse sin reservas, de confiar puesto que esto es un acto de amor y esperanza. Valentía, amor, fe, optimismo…

Y aquí dejo aflorar mi compromiso de fe. En el escenario de la vida, la valentía y la fe son dos compañeras inseparables. Se entrelazan como las raíces de un árbol.

La Valentía es el coraje que nos impulsa a enfrentar lo desconocido, a desafiar los obstáculos y a levantarnos cuando todo parece perdido. La valentía no es la ausencia de miedo, sino la decisión de avanzar a pesar de él. 

La Fe, por otro lado, es la brújula que nos guía cuando la oscuridad amenaza con engullirnos. Es la creencia en algo más grande que nosotros mismos: en un propósito, en un poder divino y en la fuerza del amor y la esperanza. La fe nos sostiene cuando las circunstancias parecen desesperadas y nos dice que hay luz al final del túnel.

Así que, cuando sientas que todo está perdido, recuerda estas palabras: “Quien dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”. Ofrece tu corazón al mundo, a tus seres queridos, a tus sueños. Porque en ese acto de valentía, encontrarás la fuerza para seguir adelante, para sanar y para amar.

En tus mañanas, cuando el sol nazca por el horizonte, recuerda que dentro de ti está la valentía para enfrentar cualquier adversidad y la fe para creer en un futuro mejor.  Que la valentía y la fe sean tus compañeras. Que te levantes con la certeza de que la vida es un regalo, y que cada día es una oportunidad para vivir con pasión y propósito.

¡Buenos días! ¡Que tu día esté lleno de valentía y fe!