Verdades a medias

Publicado el 12/05/2025
Agustinos

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Texto:  Santiago Alcalde, OSA
Música: Walk in the park

El plato de lamprea

Aunque a muchos les cuesta aceptarlo, las medias verdades son mentiras. Es más, son peores que las mentiras directas. Frente a la mentira siempre existe la posibilidad de defenderse. Si te engañan, cuando te das cuenta, puedes reaccionar; pero con las medias verdades, siempre surge la duda. ¿Será verdad algo, todo, o nada?

François Rabelais fue un humanista y escritor satírico francés, que desarrolló su labor en la primera mitad del siglo XVI. Su obra más famosa se titula: “Gargantúa y Pantagruel”, dos gigantes bondadosos y comilones. Rabelais, además escritor era médico del cardenal Du Bellay, embajador de Francia en las cortes europeas de ese momento.

Se cuenta que un día pusieron en la mesa del cardenal, para que almorzara, una magnífica lamprea. Un pescado muy caro y apreciado. Rebelais, como médico del cardenal, examinó la comida y luego tocando el plato con su varita dijo: “De difícil digestión”. El cardenal, que tenía miedo a las comidas indigestas, mandó retirar el pescado de inmediato y comió otra cosa que le prepararon.

Poco después, entrando el cardenal en la cocina, vio que François Rabelais estaba comiendo su lamprea. “¡Cómo!, exclamó sorprendido. ¿No acabáis de decir que era de difícil digestión?”. “Ilustrísima – respondió el médico – os equivocáis, yo me refería al plato, no a la lamprea”.

Como la mentira nunca es bien vista, se recurre a las verdades a medias. Estas permiten disfrazar la mentira con algún elemento de verdad. Así, por una parte, estas afirmaciones tienen más fuerza y son más difíciles de descubrir. Y, por otra, en caso de ser descubierto, como en la anécdota que te contaba, se puede salir airoso de la situación cuando se descubra la mentira.

Aunque todos somos “maestros” en camuflar las mentiras con algo de verdad, los que nos ganan son los políticos de todos los signos. De ahí esa afirmación: “Mientes como un político”. Aunque quizá quienes ganan, incluso a los políticos, son los medios de comunicación a quienes, en principio, todos damos credibilidad en lo que nos dicen y en cómo nos lo dicen. “Lo ha dicho la radio… Lo he visto en la televisión… Lo leí en el periódico…”. Son frases que se escuchan como criterio de verdad absoluta. Luego, cuando analizamos las noticias con frialdad, vemos que nos manipulan y engañan a su gusto.