Texto: Quique Inante
Música: Walk in the park
La alegría y el compromiso de un Papa agustino
"Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Esta frase la debía haber pronunciado un gran sabio, un sacerdote en una homilía inspirada... o tu propia madre el día que te dejó en casa al cuidado de tus hermanos pequeños por primera vez. Básicamente, significa que si tienes la capacidad de hacer algo importante (como volar, liderar un país o, simplemente, ser el quien hace la paella del domingo), también tienes la obligación de no hacer un desastre con ello.
Pero no; la frase no sale en la Biblia ni en la biografía de ningún santo. Ni siquiera en la obra de ningún gran filósofo o en el discurso de un político inspirado. Se hizo famosa gracias a Spider-Man, cuyo tío Ben le dio este sabio consejo justo antes de que todo se complicara. Es como decir: “No se trata de lucir ese traje rojo tan molón y disfrutar volando entre rascacielos. Se trata de que ahora te toca ayudar a los demás”.
Y resulta que el bueno del tío Ben nos estaba dando a todos un consejo de oro. Cuando te vaya bien por algo, cuando la sociedad, tus conocimientos, tu forma de ser, algún talento especial, o tus propios ideales te coloquen en un sitio donde puedas influir para que a los demás les vaya mejor, tienes la obligación y la responsabilidad de hacerlo. Puede aplicarse a líderes políticos, empresarios, maestros, padres y, en realidad, a cualquier persona que tengamos la capacidad de influir en otros. Cuanto mayor es el alcance de nuestras decisiones, mayor es también el impacto que pueden tener, para bien o para mal.
Y dejando a Spider-Man a un lado, ahora me toca reflexionar sobre la gran noticia este mes de mayo: el nuevo Papa. El padre Robert Prevost Martínez, nuestro primer Santo Padre Agustino; León XIV. Y está claro que nuestro querido hermano pasó el 8 de mayo a tener un gran poder… y una descomunal responsabilidad. Y, además de rezar por él a diario y obedecerle en los que nos pida, a todos los que estamos cerca de la Orden de San Agustín nos toca ayudarle en un trocito especial de su responsabilidad.
Porque cuántas felicitaciones nos han llegado en estas dos semanas, ¿verdad? “¿Estaréis contentos los agustinos, ¿no?” “¡¡Por supuesto que sí, estamos como locos!!” Pero esa alegría también conlleva una gran responsabilidad. Porque muchos se van a interesar ahora por el carisma agustiniano. Querrán conocer y observar si hay algo en nuestra formación, en la vocación a la que de distinta manera nos ha llamado el Señor, que sea especialmente relevante; buscarán ese “toque” agustiniano que pueda ser interesante y atractivo para quien, hasta ahora, no haya tenido especial interés por nosotros. Nos mirarán con más curiosidad.
Y ahí nos tocará tener preparadas buenas respuestas, recomendaciones atinadas y explicaciones acertadas; pero, sobre todo, nos tocará cuidar el buen ejemplo de vida coherente con nuestras creencias y nuestro espíritu agustiniano. Porque el mundo, desde el 8 de mayo, no solo mirará a nuestro hermano Robert (León XIV desde ese día), sino que nos estará observando a todos los que con orgullo y fe hemos querido seguir la senda y las enseñanzas de nuestro padre San Agustín. Toca vivir con más empeño, más entusiasmo y más compromiso nuestros ideales.
También toca seguir celebrándolo, que es perfectamente compatible.
¡Buenos días!