Texto: Agustín Alcalde, OSA
Música: Walk in the park
Lo primero es el espíritu
Lo primero es el espíritu… incluso al comenzar la vida, el universo mismo; fue así de simple y complejo al mismo tiempo: una fuerza que explotó.
El espíritu es el “dulce huésped del alma”, como rezamos a veces.
En el espíritu tiene que haber un progreso espiritual.
Dicho esto, hablo del Papa LEON XIV, su espíritu:
no es espíritu de valentía o humildad, lo que se refleja en él,
no es alegría en el gesto y el saludo lo que se muestra en él,
no es futuro en espera,
no es prisa sino reflexión,
no es debilidad o sumisión,
no es nada fácil lo suyo,… lo que todos debemos poner en marcha en la Iglesia con él.
Si San Pablo se atrevió en el areópago de Atenas a decir a los atenienses: “Tenéis un letrero escrito que dice: “al dios desconocido” … al dios que hizo el mundo y todo lo que contiene… que juzgará al mundo con justicia”,
yo hoy me atrevo a hablar del espíritu (con minúsculas), de Robert Prevost (LEON XIV):
Primer fogonazo de su espíritu:
Una especie de carta o confidencia firmada por él, nuestro Papa, que dice entre otras verdades duras y claras:
“Yo no vengo a ofrecerles una fe perfecta. Vengo a decirles que la fe es una caminata con piedras, charcos y abrazos inesperados… Y más adelante: La Iglesia, mientras yo respire, será casa para los que no tienen casa, y descanso para los que están agotados. Dios no necesita soldados. Necesita hermanos”.
Un segundo latido del espíritu del Papa nos insinua:
“Unidad y comunión son parte del carisma de la Orden de San Agustín y también mi forma de actuar y pensar. Queremos una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca estar especialmente cerca de aquellos que sufren”.
Sólo me resta, en este BUENOS DÍAS, desde el monasterio de la Vid, mostraros un cuadro firmado por “MONJE”, pintor de Aranda de Duero, donde se incorpora la Virgen de la Vid que el Papa conoció cuando estuvo aquí en el monasterio y que nos acompañará para dar gloria al Dios Espíritu Santo, Hijo y Padre, siempre presente en nuestro Papa Robert Prevost (LEÓN XIV).