Texto: Jordi Vaqué
Música: Walk in the park
Devoción y tradición
Mi abuela y mi madre se llaman Carmen, este día siempre ha sido un día muy especial en mi casa, siempre empezamos el verano y las vacaciones por San Juan, el santo de mi padre … continuamos la fiesta con el cumpleaños de mi hermano y terminamos con el santo de mi abuela y mi madre. Cuando era niño suponía un arranque de las vacaciones por todo lo alto.
La fiesta de la Virgen del Carmen tiene ese algo especial que mezcla la devoción, tradición y puro sabor a verano. En los pueblos costeros (en toda España y especialmente en mi tierra natal, Tarragona) es como si el mar se vistiera de gala, la gente se lanza a la calle con una alegría contagiosa, y las imágenes de la Virgen surcan las aguas en procesiones que ponen los pelos de punta. Es un día en que siempre me ha parecido que la fe se vuelve palpable, casi se puede tocar en el aire.
He vivido de los 3 a los 6 años en Málaga y he continuado viajando cada año en verano y Semana Santa. Tal era el fervor en aquella tierra por la Virgen del Carmen, que una de las cosas que mejor recuerdo es que a mi madre le encantaba como se vivía. En el pequeño puerto de Benalmádena, tal día como hoy, unos buzos sacan del agua una pequeña Virgen del Carmen que permanece sumergida a lo largo del año, mientras los marineros acompañaban a la imagen de la parroquia del pueblo en una pequeña barca de pescadores.
El reencuentro de las dos imágenes hace siempre romper de alegría a todos, aplaudiendo con fervor, entonando himnos y cantos en su honor. La devoción en Andalucía se vive con tal alegría que contagia a todo el que se asoma a mirar.
Unido a este sentimiento religioso, esta fiesta es también un momento de reencuentro, las familias y los amigos se juntan y la música, los fuegos artificiales y la comida típica llenan cada rincón. Hay algo en el ambiente que te hace sentir parte de algo más grande, como si todos remáramos juntos hacia la misma emoción.
Y, claro está, el simbolismo de la Virgen María como protectora de los marineros, de los que se juegan la vida entre las olas. En un mundo cada vez más acelerado, esta celebración nos conecta con nuestras raíces, con historias de valentía y fe que siguen vivas. Así que cuando se celebra el Carmen, no es solo un evento: es una forma de decir “seguimos aquí”, con la mirada en el mar y el corazón en familia.
El verano siempre se rodea de fiestas, recordemos su significado, mantengamos nuestras tradiciones y dejemos que nos toquen el alma. Bailemos, cantemos, disfrutemos, AMEMOS y recemos a la Virgen para que nos mantenga bajo la protección de su manto:
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
¡¡Buenos días!!