Santa Teresa de Calcuta

Publicado el 26/08/2021
Agustinos


🎧 Audio Reflexión

TEXTO: Pablo Tirado Marro, OSA

MÚSICA: May it be – Enya

SANTA TERESA DE CALCUTA

El 26 agosto 1910 nació Teresa de Calcuta. Creo que la Madre Teresa bien merece un recuerdo para nosotros, dejando alguna lección evangélica de las tantas que nos legó. Fernando López de Rego, uno de sus biógrafos, narra diversas anécdotas de las que yo quisiera traer un par a colación para compartir dos estímulos de vida sencilla cristiana. Sencilla y, por eso, de lo más auténtico.

Cuenta que, en cierta ocasión, Madre Teresa supo de una familia hindú con ocho hijos que no tenía nada para comer. Cogió un poco de arroz y se lo llevó; los ojos de los niños brillaban de hambre. Su madre cogió el arroz, lo dividió y salió a la calle con la mitad del recibido. Cuando regresó y Madre Teresa le preguntó qué había hecho, contestó simplemente: “Ellos también tienen hambre”. “Ellos” era una familia musulmana vecina. Madre Teresa comentó luego: “Aquella noche no les di más arroz, pues quería que ellos también pudiesen disfrutar de la alegría de dar”.

 Yo mismo recuerdo a mi padre (qepd) diciendo la expresión tan conocida y desgastada: “es mejor tener que dar, que recibir”. Y es que solo uno lo comprende cuando lo experimenta con más necesidades: la alegría de dar está muy por encima de recibir lo que sea y con la periodicidad que sea.

A las misioneras de la Caridad, algunos tenían el cuajo de reprocharles la atención prestada a los más necesitados, alegando que eso les mantenía en la miseria. Y alegaban la manida comparación de: “¿qué es mejor, regalar un pez o una caña de pescar?”. Podríamos considerarlos a estos, voluntarios del “rollo social” (si lo son).

 

La beata albanesa tenía clara la respuesta: “Lo que dicen ustedes me parece perfecto, pero los pobres con los que nosotros trabajamos están tan débiles que no tienen fuerza ni siquiera para sostener la caña entre sus manos. Si les parece, nosotras les alimentamos para que adquieran esa fuerza y luego ustedes les enseñan a manejar la caña”.

Y es que es importante tener la mayor amplitud de organización caritativa; ¡organización! y ¡caritativa! Efectivamente, de nada vale orientar a trabajadores sociales, asistentes, etc. si no somos capaces de hacernos cargo de la necesidad inmediata (léase, el Samaritano); pero bien es cierto que, una vez asumida esta responsabilidad, hay que dejar paso a las otras acciones sociales. ¿Por qué todavía en tantas parroquias dividimos esta organización?