Cuidar el corazón

Publicado el 28/03/2022
Agustinos


Texto: Agustín Riveiro, OSA
Música:  Bensound cute

Cuidar el corazón

¡Cuida tu corazón! ¡Cuántas veces me lo han dicho los médicos! Es Cuaresma y se nos insta a “cambiar el corazón de piedra por un corazón de carne”. Ezequiel 36:26-27. En éste contexto, cuidar el corazón no se refiere solo a la salud cardiovascular, sino que es algo más profundo. San Juan de la Cruz nos cuenta en su poema Llama de amor viva, que el corazón es el más profundo centro de cada uno, un centro herido por una llama de amor viva que, hiriendo, no mata, sino que da vida pues así es el amor.

En el corazón se escucha la voz de Dios que nos llama, pero esa llamada supone una inevitable respuesta. Llenarnos de ruidos, ignorar su llamada y acallar su voz es también un modo de respuesta que nos traerá, un oscuro vacío y una fría desolación. Cuidar el corazón es evitar la dispersión. Cuidar el corazón es cuidar nuestras íntimas intenciones y operaciones pues, «de dentro del corazón de los hombres y las mujeres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al ser humano» (Mc 7, 21-23).

Y lo que es peor, no siempre nos damos cuenta de la corrupción de nuestro corazón.  Si la piedra puede desgastarse con la erosión de la lluvia, nuestros más nobles ideales pueden estar amenazados por el tiempo y la rutina. “Nos hiciste, Señor para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.  San Agustín (Conf. 1,1,1).

Cuaresma, tiempo de ayuno, limosna y oración, tiempo de conversión del corazón de piedra en uno de carne.