El valor del tesón
La imagen que nos propone el comienzo de “El viejo y el mar” con Santiago en su bote con bandera de derrota tras ochenta y cuatro días sin coger un pez contrasta con la del muchacho de la buena suerte… ¡tres peces en una semana! Puede ser la imagen de nuestro mundo: nacer con estrella o nacer “estrellao” … Pero ya sabemos… El “viejo” Santiago es imagen de la fe y el tesón. Quizás no haya más estrellas que esas en nuestro mundo… Al menos me parece a mi que son las de luz más verdadera.
Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez. En los primeros cuarenta días había tenido consigo a un muchacho. Pero después de cuarenta días sin haber pescado los padres del muchacho le habían dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salao, lo cual era la peor forma de la mala suerte, y por orden de sus padres el muchacho había salido en otro bote que cogió tres buenos peces la primera semana. Entristecía al muchacho ver al viejo regresar todos los días con su bote vacío, y siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero y el arpón y la vela arrollada al mástil. La vela estaba remendada con sacos de harina y, arrollada, parecía una bandera en permanente derrota.
Ernest Hemingway, El viejo y el mar