Texto: Pablo Tirado, OSA
Música: Bensound cute
Un mundo más humanizado, libre y fraterno
Al conocer la fecha en que me tocaba colaborar este mes de agosto, quedé inicialmente perplejo al ser la fecha del cumpleaños de mi difunto padre. Dudoso, incierto, confuso traducirían esa perplejidad, porque lo primero que me vino es vincular este momento de “buenos días” con la experiencia de gratitud por la vida de mi padre.
Y esto es lo que voy a intentar compartir.
El cumpleaños de mi padre coincide con el día de su Santo, San Ramón Nonato, y, dado que no es un hombre muy conocido, quisiera compartir alguno de los rasgos de lo que podemos conservar: sucedió a San Pedro Nolasco en el cargo de "redentor o rescatador de cautivos"; se dice que Ramón rescató en Argel a numerosos esclavos; asimismo, se cuenta que, cuando se le acabó el dinero que se le asignó para su rescate, se ofreció como rehén por la libertad de ciertos prisioneros cuya situación era desesperada y cuya fe se hallaba en grave peligro.
Una biografía difícil de contrastar, pero, al menos, una referencia que estimula y que interpela para que sigamos. Un rescatador de cautivos y esclavos, pero, ¿qué esclavos, qué esclavitud podemos percibir y acompañar hoy?
La trata de personas, el matrimonio forzado, la esclavitud sexual y el trabajo infantil son las principales formas que adquiere la esclavitud en el siglo XXI. Y como pasó siempre con la esclavitud a lo largo de la historia de la humanidad, afecta a la población más vulnerable del planeta.
Hoy siguen manifestándose las esclavitudes que Jesús denunciaba tener como centro el poder y el dinero. Las formas varían (aunque no tanto), pero el fondo en absoluto. Hay esclavitudes que sufren diversas explotaciones de índole sexual, trabajos forzados, servidumbre, etc. La esclavitud aumenta en situaciones de conflictos bélicos. El contexto de la pandemia de Covid-19 a incrementado la trata de personas en situación de refugiadas, desplazadas, apátridas.
Ante estas situaciones, mi padre Ramón no pudo resolver mucho, pero sí colaboró con las iniciativas que tuvo a su alcance para hacer un mundo más justo. Sí que fue testimonio de la compasión por los más desprotegidos, los más frágiles, hacer la vida más llevadera a los que menos tenían, hacer sentir menos pesado el yugo de las esclavitudes que nos hace tener un corazón menos libre…
San Ramón y mi padre son unos desconocidos para todos, pero un estímulo para que todos nos sintamos artífices de un mundo más humanizado, libre y fraterno. ¡Anímate!