Alegría y Alegrías

Publicado el 15/12/2022
Agustinos


🎧 Audio Reflexión

TEXTO: P. Pablo Tirado Marro, OSA

MÚSICA: Claro de luna (Beethoven) – Richard Clayderman

Alegría y Alegrías

¡Buenos días!

Tras la solemnidad de la Inmaculada y el tercer Domingo de Adviento, los cristianos andamos en “tiempo de alegría”, alegría que provoca el nacimiento del Señor, alegría de la Navidad. No deja de cuestionarme el hecho de que buena parte de nuestra sociedad celebra también a nuestro alrededor “las Navidades” y, esto en sí, creo que ya marca una diferencia respecto de la Navidad. Más aún, me preguntaba, ¿estamos alegres de algo unos y otros, creyentes y no creyentes? ¿Y de qué exactamente?

Sin ánimo de encontrar y compartir una respuesta satisfactoria ni significativa, googleé para buscar algún motivo de alegría en la sociedad española actual y me encontré con distintos titulares: “La selección española no evitó una alegría histórica de Marruecos”; “el 53% afirma que la principal fuente es la salud y el bienestar mental”; en España se celebra el Yellow Day (20 de junio) como día más feliz del año. Estamos en la época del año de la luz y el sol, de los días largos y las temperaturas que animan a salir a la calle y disfrutar al aire libre”...

Sin deslegitimar ni cuestionar lo que las anteriores experiencias aportan de positivo a la persona y sociedad, me seguía preguntando: ¿no caeremos los cristianos en las mismas expectativas y conformismos? Y es que, insisto, sin negar las aportaciones saludables que todo ello aporta, ¿no caeremos en reducir la alegría del Evangelio a unos criterios de bienestar personal y social? ¿No merece la pena en este tiempo de preparación de la alegría de la Navidad volver los ojos a la Buena Noticia? ¿Y qué nos sigue aportando?

El Papa Francisco nos puede ayudar a comprender la Navidad, cuál es esa alegría del Evangelio, ya que escribió en el primer número de la Exhortación apostólica que lleva tal nombre que “la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús” (EG 1).

¿Y qué pasó con los que se encontraron con Jesús? Zaqueo, la Samaritana, una de las Mujeres pecadoras que le ungió los pies con sus cabellos encontraron la gestualidad y potencia del Evangelio encarnado, el cual “invita insistentemente a la alegría. Bastan algunos ejemplos: «Alégrate» es el saludo del ángel a María (Lc 1,28)” (EG 5).

Y es más, la alegría del que es acogido por Jesús o lo acoge en uno de estos sus pequeños no puede sino comunicarlo, porque “el bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión” (EG9).

Experiencia de verdad y belleza… ¡ese es el encuentro, esa es la alegría! La mirada atenta y compasiva que recibieron los anteriores, la escucha sincera y paciente, la sonrisa acogedora, las palabras honestas y firmes, el tiempo dedicado sin mirar relojes, la compañía sin caer en prejuicios, la acogida sin ser juzgado…todo eso provoca un bienestar inmenso, un punto de apoyo, una posibilidad de cambiar mi vida por un cuarto de hora que es lo que realmente significa la ALEGRÍA del Evangelio.

Queridos hermanos, y todos estos detalles y un sinfín de experiencias de verdad y bondad son llamados a su expansión. La Navidad se aproxima, la Navidad es alegría; comunica esta otra alegría en tantos corazones cercanos que, llenando los platos y las copas estos días, están vacíos de perdón, comprensión, cariño, compañía, solidaridad, sorpresa, autenticidad…

¡Buenos días!