Texto: Santiago Alcalde, OSA
Música: Bensound-cute
Lo material o lo espiritual
“El hombre que camina no cree al hombre que vuela”. Este dicho refleja una gran verdad que se da en la vida ordinaria. Las personas sólo aceptan las ideas o acciones que no contradicen la experiencia vital que tienen. Pero a la vez, este dicho, es también una verdad espiritual. Las personas materialistas no entienden a las que orientan su vida desde los valores del espíritu.
Cuentan que en una ocasión un mono vio en el suelo un tronco de árbol seco y retorcido. Entonces se le ocurrió la idea de llevarlo al más alto picacho de la cercana montaña. Desde ese privilegiado lugar, todos podrían verlo. Luego, cuando regresó a la llanura, les dijo a los demás animales: “Mirad allá arriba, en lo más alto. ¿No veis una estatua? Es una obra maestra que he hecho yo mismo para que todos la contemplen y admiren”.
Los otros animales por más que miraban, dada la lejanía y la altura, no veían más que un bulto en lo alto de la montaña; pero por no parecer ignorantes, afirmaron que la obra era magnífica, digna de un gran artista. Luego todos felicitaron efusivamente al mono, menos el águila que, para sorpresa de todos, manifestó que lo que en ese picacho había y todos admiraban era solo un viejo tronco retorcido. Ella, volando por las alturas había descubierto la verdad, pero ninguno de los animales de tierra la creyó. Algo normal, porque es de ley que, el ser que camina no cree al que vuela.
¿Eres persona que camina o que vuela? ¿Sabes ver más allá de la realidad que te rodea y entrar en lo profundo de las cosas? ¿Eres águila o mono? San Pablo en la 1 Carta a los Corintios nos dice: “El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios; porque para él son locura, y no las puede entender… En cambio, el hombre espiritual juzga todas las cosas” desde Dios. (1 Cor 2,14-15).