Caminemos hacia el portal

Publicado el 19/12/2022
Agustinos


Texto: Cristóbal Moya
Música:  Wi wish you. K. Mac Leod

Caminemos hacia el portal

¡Buenos días!
Qué cerca estamos ya, Señor, de volver a recibirte en nuestras vidas. De podernos acercar a adorarte en el pesebre. De felicitar a María y a José por el nacimiento de ese Niño al que sólo unos humildes pastores y unos magos, venidos de tierras muy lejanas, supieron reconocer como al Hijo de Dios hecho hombre.
Señor, que esta próxima Navidad, cuando nos acerquemos rezarte, a dejar a los pies de tu cuna nuestro agradecimiento por tanto bien como nos haces cada día, a ofrecerte nuestras vidas, a pedirte por aquellos que más lo necesitan, sepamos pararnos a contemplar y a rezar, junto a Ti, que eres la luz de los pueblos. Contemplar:
- El ejemplo de entrega y confianza que fue tu Madre, María.
Ella, con su “sí”, hizo a la humanidad el regalo más grande que jamás podíamos haber recibido; nos permitió recibirte, recibir a nuestro Dios, y saber, así, que quisiste venir y has querido quedarte con nosotros hasta el final de los días; renaciendo constantemente en nosotros y en nuestras vidas: dando vida a nuestras vidas.
- A San José, quien con toda la humildad y con total entrega aceptó y cumplió la voluntad de Dios. Él nos enseña a anteponer sus planes a los nuestros propios. Y a no hacerlo con resignación, altanería –pensando que se equivoca, que nosotros sabemos más, pero que qué le vamos a
hacer— o desidia; sino con absoluta mansedumbre y con la firme voluntad de dejarse hacer por Dios –aunque, humanamente, no entendiera qué era lo que estaba sucediendo y qué era aquello que de él se estaba esperando—.
También queremos prepararnos para ser, esta próxima Navidad, esos pastores, los primeros a quienes quisiste revelarte hecho hombre. Gente sencilla, pero con una fe vigorosa. Que tan pronto como tuvieron noticias de tu venida, salieron a tu encuentro sin dudarlo; y te reconocieron y adoraron como Dios que eres sin ningún género de duda.
Que nosotros también, Señor, podamos ser esos magos venidos de tierras lejanas. Aquellas personas que, en un momento dado, pueden encontrarse lejos de Ti y de tu Palabra, pero que tienen perfectamente claro que acercándose a Ti van a encontrarse, cara a cara, con el Amor en mayúscula; y que tras ese encuentro no dudan por un instante en ofrecerte lo mejor de lo que disponen.
Señor, ayúdanos a prepararnos para vivir, en estos próximos días, una Santa y feliz Navidad.
¡Buenos días!