Cuaresma: crisis y cambio

Publicado el 27/02/2023
Agustinos


Texto: PAblo Tirado, OSA
Música:  Música católica para orar

Ingresar de nuevo en el corazón de Dios

Iniciamos la primera semana natural de Cuaresma, tras haber apenas saboreado el Evangelio de las Tentaciones. Muchas interpretaciones emanan de las mismas, acentuando, sobre todo, el carácter de prueba y superación. Pero también es importante considerar el momento de oportunidad de cambio, siempre que parte de la humildad de quien se sabe equivocado.

Juan alentaba al pueblo de Israel, entre el cual se encontraba Jesús de Nazaret, a abandonar su decadencia para volver a ingresar en la Tierra Prometida, es decir, en la comunión y participación de la vida de Dios. Israel entero vivía en una triple crisis: de identidad nacional: Israel bajo el dominio de una potencia extranjera y pagana; crisis religiosa: imposibilidad de cumplir totalmente la ley de Dios en esas circunstancias, y crisis económica: opresión del pueblo por la depredación avariciosa e institucionalizada de los poderosos y ricos, tanto connacionales como extranjeros.

Cada uno de nosotros, seguro que vivimos bajo el dominio de potencias, influencias, personas, opiniones que no nos dejan centrar nuestra vida en Dios de manera absoluta; asimismo, seguro que nos cuesta cumplir el centro de la Ley, nuestros mandamientos, animándonos más en nuestras rutinas de ir a misa, nuestro quehacer de catequista, nuestro compromiso de voluntario que, no siendo poco, nos impide sacar a relucir el amor, perdón, comprensión, esperanza, paciencia en cada situación de la vida ordinaria; y, seguro, que también la opresión de las leyes sociales y económicas de nuestros gobiernos nos alejan de vivir unas relaciones sociales fraternas, más solidarias, que fomenten más la sana convivencia e integración social.

Jesús pudo y supo escuchar lasllamadasde un mediador, para reconocer la oportunidad de una vida mejor, de mayor compromiso, de mayor entrega y generosidad. Nosotros le tenemos a Él como Mediador y Convocante…y tenemos muchas decadencias y limitaciones que poder cambiar, para poder ingresar de nuevo, con más fuerza y viveza, en el corazón de Dios.