Pedid y se os dará

Publicado el 02/03/2023
Agustino


🎧 Audio Reflexión

TEXTO: Clara De Mingo Romar

MÚSICA: Claro de luna (Beethoven) - Richard Claydermann

Pedid y se os dará

¡Buenos días!

«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre». (Mt 7,7-8)

No sé si estará en mi “top 5” de los Evangelios, porque no creo que haya Evangelios buenos y malos, pero creo que Dios te “manda” lecturas y esta es una que particularmente me ha ayudado muchísimo.

“Pedid y se os dará”. En catequesis siempre hablamos con los catecúmenos de los grupos Tagaste la importancia de la oración, y al final caemos en la cuenta de que muchas veces solo nos acordamos de Dios para pedir. Incluso a veces, nos sentimos, o al menos yo, un poco pedigüeños. Señor, ayúdame a aprobar el examen. Señor, que me toque la lotería. Señor, que mi equipo gane este partido.

El problema es que muchas veces nos desesperamos, porque “no nos llega lo que pedimos”. Estamos acostumbrados a vivir en el mundo de lo inmediato, lo urgente, las prisas, y más en las grandes ciudades. Cuántas veces nos hemos enfadado en una sala de espera, o en la fila de un parque de atracciones o del cine, o para pagar en el supermercado. “Quiero lo que se me debe y lo quiero ya”.

Y hay mucha gente que con Dios le pasa lo mismo, sin entender que Dios tiene sus tiempos y sus planes.

Había una vez un hombre muy devoto que creía ciegamente en Dios. Este hombre era un pescador que salía a pescar aun en los días de tormenta ya que su fe le decía que no debía temer puesto que Dios siempre estaría ahí para ayudarlo en cualquier circunstancia.

Un día de tormenta su barco naufragó y poco a poco se hundía. Al ver que su barco se hundía el hombre desesperadamente gritaba: “Dios, ayúdame te necesito ¿Dónde estás?”, y por más que se esforzaba no veía a Dios. En eso pasa un barco pequeño a un lado de él y una persona le gritaba fuertemente (y lanzándole un salvavidas): “Hey, amárrate a este salvavidas que te voy a salvar”.

El hombre contestó –“No, no necesito de tu ayuda. Dios me salvará”

Y el barco se alejó perdiéndose en la tormenta. Poco a poco el barco se iba hundiendo más y el hombre gritaba desesperadamente: “Dios, ayúdame te necesito mi barco se está hundiendo ¿Dónde estás?”

De repente ve una luz cerca de él y era un barco grande de la marina, estos le lanzaron una escalera de cuerda y le dijeron –“Sujétate bien a esa escalera que te vamos a salvar”.

El hombre nuevamente contestó –“No, no necesito de su ayuda, Dios me salvará”.

Ellos insistieron, pero como la tormenta arreciaba se alejaron. Del barco del pescador solamente quedaba sobre el agua el mástil y el pescador agarrado a él gritaba con sus últimos alientos: “Dios, ayúdame te necesito me estoy ahogando ¿Dónde estás?”.

Aun es su desesperación alcanzó a ver una luz en el cielo, era un helicóptero, y escuchó una voz que le gritaba: “Hombre, agárrate bien de la cuerda que te estamos lanzando, te vamos a salvar”.

Pero el hombre nuevamente contestó: “No, no necesito de su ayuda, ¡Dios me salvará!”.

El helicóptero se alejó dejando al hombre en su soledad y desesperación el cual murió ahogado.

Camino al cielo al encontrarse con Dios, lo primero que hizo fue reclamarle porque si él (el hombre) creía ciegamente en Dios, Él no lo había ayudado y lo dejó morir ahogado.

Dios le dijo: “Yo nunca abandono a mis hijos. ¿Recuerdas el barco que te lanzó un salvavidas? Ese era YO ayudándote”. ¿Recuerdas el barco que te lanzó una escalera? Ese era YO ayudándote. ¿Recuerdas el helicóptero que te lanzó una cuerda y te dijo que te agarraras fuertemente? Ese era YO ayudándote. Te di tres oportunidades y tú decidiste no tomar ninguna. Yo siempre estuve cerca de ti para ayudarte, pero está en ti reconocer las oportunidades y aprovecharlas. Contra tu decisión (confusión) yo nada puedo hacer”.

Señor, que sepamos reconocer las oportunidades que nos das, y que comprendamos que Tú siempre nos entiendes y nos tiendes la mano. Hoy te queremos pedir especialmente por el encuentro Tagaste, que se celebra este fin de semana y que congregará a los grupos de las comunidades agustinianas.

¡Buenos días!