Amando hasta el extremo

Publicado el 06/04/2023
Agustinos


🎧 Audio Reflexión

TEXTO: Clara De Mingo Romar

MÚSICA: Claro de luna (Beethoven) - Richard Claydermann

 

Amando hasta el extremo

¡Buenos días!

«Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros». (Jn 13,34-35)

Hoy, Jueves Santo, comenzamos el Triduo Pascual. Como muchos sabréis ya, el Triduo recoge la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Y pese a la tristeza que normalmente se vive estos días, hoy particularmente es día de celebrar. Ya hay días para llorar, para sentarnos a los pies de la cruz y ver a ese Cristo clavado en la cruz. Pero hoy es noche de Última Cena, noche de partir el pan con los amigos, noche de velar y orar en el Huerto de los Olivos.

Y sí, he omitido un pequeño detalle que no quiero que pase de largo. Es noche de lavatorio de pies. Esa tarde, esa noche en la que todo un Dios se hizo el más pequeño del mundo y se puso a los pies de los que eran sus discípulos. Y siendo sinceros, yo también habría reaccionado como Pedro:

  • Señor, ¿tú me lavarás los pies?

Respondió Jesús y le dijo:

  • Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora, pero lo entenderás después.

Pedro le dijo:

  • No me lavarás los pies jamás.

¿Cómo vas a agacharte Tú, Señor, a lavarme los pies a mi, que soy lo más diminuto del mundo, lo más insignificante? En todo caso seré yo quien te lave los pies, quien te unja con perfume, quien cargue con tu peso.

Y es que muchas veces estamos acostumbrados a oír promesas de boquilla, promesas por aparentar, para salir en la foto. Sisi, uy, yo soy el más humilde de todos, hazme esta foto recogiendo esta lata tirada en el suelo, esta foto en el puesto del mercadillo, para subirla a mis redes que seguro que queda increíble. Y donde termina la foto, termina la buena acción. Muchas veces nos quedamos ahí.

Pero Jesús va más allá. Jesús verdaderamente estaba convencido de que “el que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor; y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos, porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos”.

Mira si verdaderamente era consciente, que en esa misma cena se partió como el pan y se repartió entre sus discípulos. Sabiendo lo que se venía, se entregó en ese trozo de pan.

Qué manera más bonita de amar, Señor. Qué manera de decirnos te amo. No hay amor tan grande que el que da la vida por sus amigos.

Señor, enséñanos a seguir tu ejemplo; enséñanos a entregarnos, a dar y a darnos a los demás. Que no dudemos al dar la cara por ti, que nos partamos, que nos pongamos siempre al servicio de los demás. No de boquilla, no por aparentar, sino amando; amando hasta el extremo como Tú hiciste.

¡Muy buenos días!