Texto: Quique Infante
Música: Bensoundcute
Acaban las vacaciones y empieza la fiesta
Un santo al que le tengo especial cariño defendía que había que celebrar la primera piedra de las obras en una construcción pero que, sobre todo, había que celebrar las inauguraciones. Porque, si lo pensamos, es importante que las cosas empiecen bien, pero lo más importante y diferencial es que acaben lo mejor posible.
Eso me lleva a la reflexión de hoy, segundo día de Pascua: y es que muchos cristianos celebramos con mucha importancia la Navidad y dejamos un poco de lado la Pascua, cuando debería ser al revés.
¿Puede ser por cómo está organizado el calendario? Decía el otro día un sacerdote en su homilía que un extranjero le había hecho ver que los “viernes santos” los españoles estamos encantados porque estamos en la playa, pero que los Domingos de Resurrección estábamos tristes porque se nos acababan las vacaciones. Y no le faltaba razón.
No pasa nada. Solo han pasado dos días desde la Resurrección de Cristo y, aunque hayamos tenido que volver a trabajar, nos quedan 48 días de fiesta de la Pascua. Dejamos la semana santa para celebrar durante siete semanas la gran noticia. El acontecimiento más importante de la historia para la humanidad y que los cristianos debemos celebrar con más fuerza por lo cerca que nos toca.
Os animo a una cosa muy sencilla. Igual que nos pasamos unos cuantos días de enero felicitando el año, que los católicos deberíamos saludarnos durante unos cuantos días con una fórmula sencilla, alegre y que nos hará ser portadores de la mejor noticia del año. Saludemos diciendo “Feliz Pascua” o “Felices Pascuas” y recordaremos a todo el mundo que se cruce con nosotros lo felices que estamos y la fiesta que estamos celebrando.
Pues eso… ¡¡buenos días, y feliz Pascua!!