Texto: Curri Ruiz
Música: Acusticguitar
Gente buena
Hace unos días falleció el padre de unos buenísimos amigos. Uno de los mejores amigos de mi padre. Diría que el mejor.
La mujer de Jose, que así se llama nuestro protagonista, murió dos años y un día antes que él.
Después de eso, a él le llegó: un cáncer de colon, una operación de corazón para hacerle un triple bypass, una hernia y lo que le ha llevado al cielo; una enfermedad degenerativa: “demencia con cuerpos de Lewy”
Jose ya no quería estar aquí. Mi padre, su amigo, murió un mes después que su queridísima mujer. Y me decía: ellos dos ya en el cielo y yo aquí…
Era una de esas personas buenas de verdad: trabajador, siempre ocupándose de los demás, con un humor maravilloso, cariñoso con todo el mundo…
Estábamos en el tanatorio y sus hijos acabaron agotados de recibir gente. Un día y medio sin poder sentarse del “desfile” de personas que querían despedirse de él. Yo les decía: “pues no ser tan buena gente…” y se reían, claro…
El día del entierro de Jose, la Misa en el tanatorio fue increíble. Una homilía magnífica hilada genial con la importancia de entender que la muerte no es el final para nosotros y la gran familia que han creado Jose y su mujer. Una de esas Misas que te llega y te llena.
Tengo la costumbre de dar gracias a Dios después de comulgar. Intento no pedir nada en ese momento.
Ese día di gracias a Dios por haber puesto en nuestras vidas esta familia. ¡¡Cuánto que aprender!! ¡¡Cuánto que agradecer!!
Y lo digo de verdad, qué importante es rodearse de gente buena. Gente a la que le importa lo que de verdad importa.
Busquemos acercarnos a gente así.
Dios nos los pone en el camino, pero te recomiendo que no te muevas de su lado. Júntate a gente que vale la pena. Son una bendición. Y si Dios te los pone cerca, será por algo.
Amigo, descansa en paz. Cuida de tus hijos desde el cielo y dale un beso de mi parte a papá, por favor.
Buenos días