Texto: José Joaquí Ojea
Música: Bensound cute
La señal de la cruz
Hoy celebramos a Nuestra Madre del Buen Consejo. El Buen Consejo de María es Jesús. Y Jesús se identifica en la cruz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo… así comenzamos muchas de nuestras celebraciones… con la señal de la cruz.
Muchos jugadores de fútbol cuando van a entrar en el campo a jugar se santiguan. Recuerdo que mi padre, todos los días según salía de casa se santiguaba… Esto tiene mucho sentido… ponemos nuestro día, nos encomendamos a Dios para el día que hoy comienza. Es una pequeña y sencilla oración, un instante en el que nuestro pensamiento se centra en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.
El signo de la cruz es algo que los cristianos llevamos mucho tiempo haciéndolo. Ya Tertuliano (160-220) escribió: “En todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de la cruz.”
En esta pasada Semana Santa, en el pueblo donde la he vivido, en las Eucaristías hacían un signo que me ha encantado. Los niños que acompañaban a sus padres a la comunión y que todavía no han hecho su Primera Comunión, el sacerdote daba la comunión al padre o a la madre, y a continuación realizaba el signo de la cruz en la frente de los niños.
“Por la Señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro”… resuena también en mi mente. De niño, mis abuelos nos enseñaban esta magnífica oración… mi abuela materna, tenía hundida la frente en el centro por una coz que le dio una mula cuando era niña, pero ella nos decía que era por la cantidad de veces que se santiguaba al día.
¡Qué profundidad de enseñanza y de fe transmitía con esa humilde frase!
Pongamos en acción esta gran tradición cristiana, porque es como un escudo que nos protege de las desviaciones del camino de Dios, y porque con “este signo tú vencerás”.
¡Buenos días!