Fátima y el rosario

Publicado el 16/05/2023
Agustinos

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Texto:  Aurora Sanz
Música:  Acousticguitar

Fátima y el rosario

Buenos días a todos:

Estamos ya en el ecuador del mes de mayo, el mes de María, de nuestra Madre. Creo que es una idea maravillosa dedicarle un mes, aunque en realidad, se merecería el año entero. ¿O acaso las madres no se desviven día y noche por sus hijos sea el mes que sea?

Además, escribo esto el día en el que celebramos a Nuestra Señora del Rosario de Fátima, siendo un año muy especial, con miles de peregrinos que han acudido hoy a visitarla en su festividad y como preparación para la JMJ que se celebra este verano en Lisboa. A mí me toca especialmente el corazón, ya que he visitado Fátima en varias ocasiones, acompañada de diferentes personas y en momentos distintos de mi vida y es que soy una enamorada de Portugal. El Santuario de Fátima es un lugar grandioso, preparado para acoger a muchos miles de personas, pero a la vez, en la capilla de las apariciones, puedes imaginar por unos instantes como hace un siglo María escogió un lugar perdido en el centro de Portugal para aparecerse a tres de sus hijos que eran unos humildes niños pastores. Y en este momento pienso en lo grande que tenemos el ego y la sencillez de las personas que en muchas ocasiones han escogido tanto Jesús como María como elegidos para transmitir su mensaje. Nos olvidamos a menudo de la belleza de la esencia, de lo sencillo, de lo que en realidad importa.

Y volviendo a la Virgen de Fátima. Su mensaje incluye la importancia de rezar el Rosario. No nos engañemos, no es fácil hoy en día encontrar un momento en la vida vertiginosa que llevamos, sin parar de un lado a otro y conectados con el móvil que nos mantiene en constante actividad incluso en nuestros descansos, para rezar el Rosario. Acudir a misa semanalmente, rezar brevemente al levantar o al acostarnos, pero siempre corriendo.

Esta pasada semana tuve que hacer varias gestiones en una zona de Madrid que no suelo frecuentar y de camino, paré a rezar brevemente en una iglesia que había por aquel barrio. La verdad es que fue un momento de calma y de desconexión donde pude hablar con nuestro Padre de muchas cosas. Aquella noche antes de dormir pensaba que me había hecho sentir como si hubiera encontrado un oasis en medio del desierto. Nos animo desde aquí a que busquemos esos oasis improvisados en la vida y ya de paso que recemos un Rosario a nuestra madre.

Feliz día para todos.