Texto: Maximiliano García
Música: Acousticguitar
El valor inmenso de la vida
Muy buenos días a todos.
Hoy, 14 de junio, me levanto y me lleno de alegría, porque es el Día Mundial del Donante de Sangre. Este día nos recuerda el valor inmenso de la vida y la importancia de un acto tan generoso como la donación de sangre. Es un buen momento para unirnos en oración por todos aquellos que comparten este precioso regalo, brindando esperanza y salvación a quienes lo necesitan.
Además, en el Evangelio, encontramos palabras de Jesús que nos inspiran y nos invitan a reflexionar: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas" (Marcos 12, 30). En estas palabras, Jesús nos recuerda que nuestro amor y devoción a Dios deben ser totales y comprometidos.
Si relacionamos las dos cosas: 1º la donación de sangre es un hermoso acto de amor hacia nuestros semejantes. 2º Al dar una parte de nosotros mismos, nos convertimos en instrumentos de la misericordia de Dios. Recordemos las palabras de Jesús cuando dijo: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Marcos 12, 31). Al donar sangre, estamos mostrando ese amor a nuestros prójimos, especialmente a aquellos que están enfermos, heridos o necesitados.
Hoy, en el Día Mundial del Donante de Sangre, elevemos nuestra oración por todos los donantes de sangre y por aquellos que trabajan incansablemente para garantizar que este preciado recurso esté disponible para quienes lo necesitan. Recemos por la salud y bienestar de quienes reciben estas donaciones, para que sean fortalecidos y sanados.
También es un buen momento para recordar que cada día es una oportunidad para levantarnos y continuar caminando en nuestra fe, como dice el lema de los agustinos de este mes de junio. A veces, la vida puede presentarnos desafíos y obstáculos en nuestro camino, pero con la ayuda de Dios, podemos encontrar fuerza para seguir adelante. Así como los donantes de sangre se levantan y dan un paso hacia el servicio a los demás, también nosotros debemos levantarnos y continuar nuestro camino como discípulos de Cristo, compartiendo su amor y su mensaje de esperanza con aquellos que nos rodean.
Ojalá hoy donemos vida y esperanza a quienes más lo necesitan. Que Dios nos guíe en todas las acciones para convertirlas en acciones de amor y servicio hacia los demás.
Feliz día.