Texto:  Quique Infante

Música: Claro de luna (Beethoven) - Richard Clayderman

Hacer feliz a Jesús varias veces al día

¡Buenos días!

Escucha estas dos frases:

• “No dejes que nadie se acerque a ti sin que al irse se sienta mejor y más feliz”.
• “No te acerques tú a nadie sin que al irte se sienta mejor y más feliz”.

Dice el refranero popular, “tienes más razón que un santo”; en este caso, una santa: Teresa de Calcuta.

Y es que todos seríamos un poco mejores, un poco más santos, si nos aplicásemos esta teoría. ¡Qué fácil sería la vida si todos nos acercásemos al de enfrente intentando hacerle un poco más feliz! Podría bastar para ello una leve sonrisa a alguien con quien ni siquiera vamos a hablar. O ceder el paso en una puerta; o dejar pasar a una persona mayor en la cola del súper; o ayudar con la sillita del niño en el autobús… Son gestos mínimos con los que, sin duda, ayudaremos a que quien se ha encontrado con nosotros sea un poco más feliz.

O cosas un poco más curradas, como llamar a ese familiar que tanta pereza nos da pero que sabemos que está pasando un mal momento; citarnos con ese amigo, que es un plasta de campeonato, pero que necesita que alguien le escuche un ratito; o posponer ese plan que tanto te apetece porque te han citado a una fiesta en pleno verano y crees que el organizador se va a quedar más solo que la una.

Porque, además, si nos ponemos un poco más serios, Jesucristo nos dijo algo muy parecido cuando hablaba a sus Apóstoles: “cada vez que tengas un detalle con cada uno de mis hermanos los pequeños, lo estáis teniendo conmigo”. ¿Qué tal si combinamos las frases y rematamos esta reflexión?

Imaginaos a Jesús diciendo “Cada vez que os cruzasteis con alguien y le hicisteis un poco más feliz, me hicisteis más feliz a mí”. Piénsalo, porque en los próximos minutos tendrás alguna oportunidad de hacer más feliz a Jesús.

¡Buenos días!